En la jornada participaron la actriz Fara Madrigal, quien encarna a la payasita Maravilla, con sus títeres; las niñas del proyecto y una muchacha del Circo Atenas que hizo una demostración con ula-ulas. Autor: Lis García Arango Publicado: 21/09/2017 | 06:02 pm
MATANZAS.— En la vida hay gestos imborrables, detalles que se convierten en bálsamo para sobrevivir las duras pruebas de la existencia humana. Tal es el caso del colectivo del proyecto Por una sonrisa, de la Academia Alma Flamenca, de Matanzas. Ellos han abrazado la noble idea de crear un fondo para alegrar los corazones de los niños enfermos de cáncer.
Y en su primer gesto humanitario y amoroso se llegaron hasta el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología de La Habana, donde 18 niños, entre uno y 18 años de edad, están ingresados en la Sala M.
Emoción y lágrimas estuvieron al lado de las sonrisas tanto de los niños hospitalizados como de los del proyecto, quienes crecieron al aportar su arte para superar la barrera del dolor de estas familias.
Kenia Carrazana, directora de la Academia, comentó que el objetivo principal es convocar a todos los artistas de la Uneac y la AHS de Matanzas a que se sumen a este proyecto para trabajar en función de recaudar fondos y donativos para el hospital oncológico de Matanzas.
Quisiéramos que se una a esta causa el pueblo yumurino, se necesita de la ayuda de todos para llevar un poquito de esperanza a los niños con cáncer y a sus familias, expresó Kenia.
Señaló que esta es una manera de formar valores en niños, adolescentes y jóvenes que hoy están en la Academia, para quienes es muy fuerte enfrentarse a una situación como esa, con niños de sus mismas edades.
«Les mostramos que no solo existen las cosas materiales, sino que es muy importante pensar en los demás, que es una manera de ser más humanos», enfatizó Kenia.
En la jornada participaron la actriz Fara Madrigal, quien encarna a la payasita Maravilla, con sus títeres; las niñas del proyecto y una muchacha del Circo Atenas que hizo una demostración con ula-ulas.
Más allá del bienvenido cake, de las chucherías de comer y de los objetos regalados, floreció la amistad, la enseñanza y el amor al prójimo, aun en las circunstancias más adversas, enraizando aquella sentencia del trovador cuando refería que solo el amor engendra la maravilla.