En medio de un escenario que da los toques finales a una apretada campaña electoral en Colombia, este lunes se inició en La Habana otro ciclo de diálogos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno colombiano, en el que, según anunció la delegación insurgente, pretenden darle fin al tercer tema de la agenda en discusión referente a los cultivos ilícitos y el narcotráfico.
Antes de iniciar las deliberaciones entre las partes, Andrés París, vocero de la insurgencia pidió a los candidatos a la presidencia de su país que los «sentimientos de paz de los colombianos no sea manipulado por intereses electoreros» en la campaña para los comicios generales del 25 de mayo próximo.
Según indicó París algunos de los aspirantes a la Casa de Nariño, antes detractores de los diálogos de La Habana, ahora «pugnan por vender su propósito de paz» como intento para alcanzar sus aspiraciones presidenciales. «No somos las tortugas del proceso pero tampoco seremos canguros que nos dejemos acosar para que nos sitúen dentro de agendas y cronogramas electorales. Nuestra campaña es por la paz», precisó.
Esta vigésimo quinta ronda de pláticas comienza marcada por nuevas denuncias de espionaje y sabotaje que afectan las negociaciones. De acuerdo con París, «regímenes y sectores de la sociedad colombiana que nos adversan» han recurrido a estos métodos.
Hace dos días, la prensa colombiana anunció la captura del hacker Andrés Sepúlveda, por la intervención de correos electrónicos del presidente Juan Manuel Santos y miembros de las FARC-EP.
Sepúlveda, según indicó el diario colombiano El Tiempo, que compró y vendió información secreta a miembros de las Fuerzas Armadas colombianas y a particulares, prestaba servicios de seguridad informática a la campaña del candidato opositor Óscar Iván Zuluaga, del movimiento Centro Democrático, fundado por el ex presidente Álvaro Uribe, fuerte censurador de los diálogos de paz.
El detenido reconoció haber interceptado ilegalmente los correos electrónicos de un vocero de comunicaciones de las FARC-EP y de tres periodistas que cubren en La Habana las negociaciones, agregó el diario.
Para las FARC-EP, agregó su vocero, estos «reiterados y frecuentes escándalos evidencian la podredumbre del régimen colombiano» y sus formas de gobierno.