Este científico marcó un antes y un después en los estudios antropológicos cubanos. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 21/09/2017 | 05:40 pm
Recordar la impronta en la antropología cubana de José Antonio Cosculluela Barreras (1884-1950), cuya versatilidad lo coloca entre los científicos más importantes de la nación durante la República, fue el objetivo fundamental del taller que tuvo lugar este lunes en ocasión de conmemorarse el centenario de su expedición a la Ciénaga de Zapata, en octubre de 1913.
Autor del libro Cuatro años en la Ciénaga de Zapata, Cosculluela marcó un antes y un después en los estudios antropológicos cubanos, pues aplicó por primera vez un sistema estratigráfico de excavación científica en sitios de enterramientos aborígenes y empleó consideraciones geológicas, mineralógicas y paleontológicas.
Sus significativos aportes contribuyeron a esclarecer parte del inmenso vacío que existía entonces en el conocimiento de la prehistoria cubana, y se convirtieron en referente obligado para las posteriores expediciones al mayor humedal del Caribe insular.
De sus descubrimientos durante su estancia en la Ciénaga sobresalen los realizados en Guayabo Blanco, pues constituyó el único de los montículos estudiados donde encontró restos humanos, lo cual le permitió exponer criterios sobre la vida y costumbres funerarias del hombre que habitó el sitio en el pasado.
Con una polifacética vocación científica, José Antonio Cosculluela ejerció durante 27 años la enseñanza de la Ingeniería Sanitaria e Hidráulica en la Universidad de la Habana y fue valorado durante muchos años como el más calificado del país en este campo.
Organizado por el Museo Antropológico Montané de la Facultad de Biología de de la Universidad de la Habana, de conjunto con la Fundación Fernando Ortiz, el taller contó con la participación de destacados especialistas que disertaron también acerca de diversos temas relacionados con la Ciénaga de Zapata.