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Si el único resultado de todo lo que hemos hecho fuera la sonrisa de nuestros niños, estaríamos satisfechos; si hubiera una sola razón para justificar las luchas que hemos tenido durante más de cincuenta años, esa sería la felicidad de ustedes, solo eso pagaría tanto esfuerzo, dijo Raúl a los integrantes de la compañía infantil de teatro La Colmenita, luego de asistir junto a la máxima dirección del país a la puesta en escena de la obra Y sin embargo se mueve (Eppur si muove).
En conversación con los pequeños, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros recordó que ese mismo pensamiento lo expresó el pasado 11 de marzo en las montañas del Segundo Frente Oriental cuando conoció a Dalia Oris Cabrera. Les contó sobre la elocuencia de esta pionera de tercer grado que con tanta gracia dijo casi de memoria las palabras que llevaba escritas para el acto de conmemoración por el aniversario 55 de este Frente.
«Entonces nuestros corazones se llenaron de alegría, porque antes de llegar la Revolución a esas serranías, los niños morían de disímiles enfermedades, vivían en una pobreza espantosa, eran analfabetos y se tapaban los ojos en señal de pena cuando algún extraño se acercaba», evocó. «Por eso, si tuviéramos que volver a empezar de nuevo, lo haríamos», aseveró Raúl con evidente emoción.
Rememoró además, el 29 de enero del 2011 cuando también asistieron a la sala teatro en la antigua capilla de la Orden Tercera del convento de San Francisco de Asís, edificada en 1713 en el centro histórico de La Habana, para disfrutar de la obra Abracadabra con la cual, dijo, «aprendimos mucho, nos dejó emocionados y representó una gran enseñanza para nosotros, al igual que esta».
En la mañana de ese propio día, al iniciar la reunión del Consejo de Ministros, el General de Ejército invitó a los ministros, a los miembros del Consejo de Estado, del Buró Político y del Secretariado del Comité Central a presenciar Y sin embargo se mueve, obra de teatro que convida a buscar siempre la verdad, a creer en los sueños, a no claudicar aunque otros insten a ello, a defender con valentía nuestros puntos de vista a pesar de no coincidir con la de otros.
«No es una simple obra de teatro, es parte de nuestra preparación política y cultural», valoró el Presidente cubano al iniciar la reunión. Antes de despedirse, Raúl dijo a los pequeños de La Colmenita: «Me voy extremadamente satisfecho, pensando en ustedes, en todos los niños de Cuba. Sentimos una gran admiración por la obra educativa de Cremata y los que trabajan con él». Finalmente les agradeció y les dejó un beso y un abrazo en nombre de sus compañeros, con la promesa de volver a visitarlos.
