De las 30 unidades básicas de la Empresa Nacional de Frigoríficos, 24 participarán en el almacenamiento de la papa y en ellas 124 cámaras están preparadas para esta actividad. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
La prioridad es sembrar y recoger la papa para destinarla al consumo de la población, pero también es imprescindible su almacenamiento en unidades refrigeradas para su posterior comercialización, como las 30 que pertenecen a la Empresa Nacional de Frigoríficos, de las cuales 24 participarán en la campaña de este cultivo, a partir del 15 de marzo.
Aldrey Taboada Monzón, director de la Empresa, aseguró este miércoles a representantes de la prensa nacional que estas unidades, en las que se ofrecen servicios de refrigeración y congelación, tienen las condiciones idóneas desde el pasado 15 de febrero para satisfacer la demanda actual de más de 60 000 toneladas, según lo previsto, lo que fue constatado por JR en el recorrido por las unidades básicas Frigorífico Playa y Berroa 303, de los municipios capitalinos de Playa y La Habana del Este, respectivamente.
«Nuestros clientes como, la Empresa Provincial de Mercados Agropecuarios, la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios y otros Bienes de Consumo, Cultivos Varios y la Empresa Nacional de Semillas, entre otros, disponen de estas instalaciones para almacenar en óptimas condiciones sus productos, como por ejemplo granos, harina, lácteos, cárnicos, y dentro de esos la papa es una de nuestras prioridades, por lo que se han contratado y preparado ya 124 cámaras para esta actividad.
«Históricamente hemos almacenado más de 120 000 toneladas del tubérculo, lo que evidencia que nuestras unidades tienen suficiente capacidad para ello, pero estas cifras han disminuido en el transcurso del tiempo por el hecho de que ahora se prioriza el consumo del producto por encima de su almacenamiento», añadió.
Calidad y control
La calidad del cultivo almacenado es vital, advierte Santos Miró Dueñas, subdirector comercial de la Empresa, lo que se garantiza desde el instante en el que se efectúa el contrato.
«El documento conjunto reúne las normas, procedimientos y regulaciones que tanto el cliente como el frigorífico deben cumplir. Quedan especificados en él los parámetros que debe tener el producto cuando arribe a nuestras unidades, lo cual es comprobado en el muestreo que realizan los técnicos de control de calidad.
«Le corresponde al frigorífico también monitorear cada día la temperatura, que oscila de cuatro a seis grados, en el caso de la papa, y entre dos y cuatro para las semillas; la humedad, el tratamiento antigerminante y otros aspectos, así como el muestreo mensual, para mantener un producto de calidad o agilizar su venta en caso de que sea necesario», puntualizó Miró Dueñas.
La unidad básica Frigorífico Berroa 303 será la primera que recibirá papa para su almacenamiento y con ese fin dispone de diez de sus 24 cámaras, y una capacidad de recepción diaria de 460 toneladas, aseguró su director, Boris Ferreiro Rico.
Otras unidades, como la del Frigorífico Playa le sucederán en esta actividad y, según su directivo, Luis Manuel Basto Kindelán, están listas sus tres cámaras, con capacidad de almacenamiento de 380 toneladas cada una.
La Empresa tiene mejores condiciones de generación de frío para asumir esta campaña de la papa que en años anteriores, precisó Taboada Monzón, pues los resultados del Programa de Recuperación de Frigoríficos que se inició en 2006 ya pueden constatarse.
«Nuestra tecnología ha sido sustituida por equipos japoneses y chinos, y el ahorro de energía obtenido nos ha permitido incluso costear esas inversiones, entre las que se encuentran la sustitución de compresores, condensadores evaporativos, torres de enfriamiento y puertas de cámara, entre otras».
Frigorífico Playa, por ejemplo, consumía alrededor de 260 megawatt/hora cada mes y desde que se instalaron los nuevos equipos el consumo ha descendido a 130, puntualizó Jorge Galárraga del Valle, jefe técnico y de mantenimiento de esa unidad.
La eficiencia energética ha sido clave en el funcionamiento de nuestras instalaciones, agregó Taboada Monzón, en las que se incrementa el consumo energético notablemente cuando comenzamos a almacenar la papa.
Y ahí radica el meollo del asunto… Los frigoríficos están listos para recibir al tubérculo, como lo están también los mercados, las placitas y los vianderos de nuestras casas.