BAYAMO, Granma.— El Censo tiene entre sus retos acopiar información en las zonas de difícil acceso, en las montañas o en comunidades intrincadas del llano.
Para vencer este desafío se previeron disímiles alternativas, que incluyen hasta la utilización de vehículos de tracción animal, según comentó Coralia Chacón Benítez, directora de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en Granma, una de las provincias que asume esta prueba con rigor, pues cuenta con varias de las montañas más altas del país y es atravesada por la mayor llanura del archipiélago.
En Granma las zonas de difícil acceso se encuentran fundamentalmente en los municipios serranos de Buey Arriba, Guisa, Bartolomé Masó y Pilón, aunque también existen comunidades singulares en el llano, como Cabezada, en Río Cauto, a la que solo se llega mediante embarcaciones.
Chacón Benítez explicó a la prensa que unas 300 personas laboran durante el Censo en esos lugares, todas adultas, entrenadas, contratadas y capacitadas para tales fines.
En la provincia se enrolaron como enumeradores 3 930 educandos, la mayoría de la enseñanza técnico-profesional, aunque como en todo el país también participan alumnos universitarios de segundo a cuarto año.
Con anterioridad, como preparación para esta investigación, se rotularon aquí más de 2 800 calles y se «marcaron» 98 099 casas que no estaban enumeradas, el 63,6 por ciento del total.