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Ya comenzaron los festejos por el aniversario de la UJC

Los Joven Club de Computación se han convertido en anfitriones de los municipios que inician las actividades en saludo al 4 de abril

Autor:

Juventud Rebelde

El que da primero... celebra dos veces, por eso los trabajadores y alumnos del Joven Club de San José, en La Habana, amanecieron en nuestro buzón intranquilo para comenzar a fantasear el 4 de abril. Enseguida sus homólogos de Batabanó tocaron la puerta electrónica y Artemisa se dio un brinquito de bytes hasta el diario. En todas las sedes se inicia un cuatrimestre de clases, que pretende ser más juvenil y profundo.

Ah, pero los tempraneros de Madruga —que esta vez no madrugaron tanto— también enviaron sus palabras. En Aguacate, se unieron ayer los que comienzan su aprendizaje informático y los veteranos de la Asociación de Combatientes de la localidad. En todo el municipio serán 467 los estudiantes de los clubes. ¿Superarán a los de San Antonio de los Baños? Bueno, habrá que ver, pero desde ese territorio tampoco esperan quedarse rezagados.

Sí, sí, La Habana está bien, pero hay que sacar la cara por las demás provincias. Por ello los comités de base de las escuelas Manuel Montaña, Simón Bolívar, Vietnam Heroico, Tomás Palmero y Enrique José Varona, en Chambas, Ciego de Ávila, anuncian su escalada para el aniversario. El 15 de marzo recordarán la protesta titánica subiendo la loma de los héroes. Siempre ascendiendo a la Historia, es decir, al futuro.

Hay que adquirir la juventud

Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor solo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y solo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado (...). Solo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuncarse de los años.

Nada cabe esperar de los hombres que entran en la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.

(...) Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerto, frío, carece de estilo, no tiene firma. Jamás fueron tibios los genios, los santos y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio... (José Ingenieros, El hombre mediocre)

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