«Justicia es virtud que incluye dar a cada uno lo que es suyo; además, es derecho, razón y equidad, y se manifiesta como un conjunto de todas las virtudes, planteamientos que no son sostenibles ni comparables con el fraudulento actuar de la administración Bush», consideró Juan Carlos Gálvez, cederista de la zona 37, del municipio de San Nicolás de Bari, de La Habana.
Este hombre habló en un acto de reafirmación patriótica que tuvo lugar la víspera en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista José Martí, donde más de 2 000 cederistas, en representación de los 8 600 000 integrantes de los Comités de Defensa de la Revolución, expresaron su repudio a la liberación del terrorista por el gobierno norteamericano.
Ana Fidelia Quirot, gloria del deporte cubano, agradeció a la obra de la Revolución haber podido poner bien alto los colores de nuestra bandera en competencias internacionales.
«Pusimos la bomba, ¿y qué?: así habló del criminal acto terrorista contra la nave de Cubana de Aviación en Barbados, donde perdieron la vida 73 personas, entre las que se encontraban nuestros hermanos del equipo nacional de esgrima, que habían ganado medallas de oro y de la dignidad para nuestro pueblo, y estoy segura de que mucho más habrían ganado, si no les hubieran arrebatado sus vidas».
También los familiares de los mártires de nuestra patria manifestaron sus deseos de justicia. Rolando Pérez Labrada, hijo de Rolando Pérez Quintosa, uno de los combatientes asesinados en Tarará en 1991, dijo que el haber liberado al más connotado terrorista de la actualidad, convierte al presidente George W. Bush en otro terrorista.
Y Niurka Ronda Reyes, hija de Juan Ronda, primer mártir de los CDR, no pidió venganza, sino justicia, para que se honre la memoria de nuestras víctimas.
Rubén Pérez Rodríguez, vicecoordinador nacional de los CDR, calificó de paradoja liberar a alguien que no es un simple violador de las leyes migratorias norteamericanas, como quieren hacer creer, mientras mantienen encarcelados a cinco verdaderos luchadores antiterroristas.
DOLOR DE TODO UN PUEBLOCIENFUEGOS.— «Es grande el dolor que siento, pues una vez más el imperialismo yanqui libera y protege al verdugo terrorista de Luis Posada Carriles, no importa las familias enlutadas por el asesino en Cuba. El criminal está suelto, burlándose de todos nosotros».
Así se expresó Aida Domínguez, la madre de Eusebio Sánchez —muerto en la voladura del avión de Barbados por el más connotado terrorista de América Latina— en el acto multitudinario que 60 000 cienfuegueros protagonizaron en la tarde de este lunes en repudio a la decisión del gobierno estadounidense.
«El 6 de octubre de 1976 esperaba el regreso de mi hijo, porque un día después íbamos a celebrarle su cumpleaños 25. No pudo ser, porque una mano asesina colocó la bomba que segó la vida suya y la de sus compañeros», dijo con profundo dolor la indignada anciana.
La multitud compartió el llanto de esta madre cubana víctima del terrorismo con enardecidos vítores, en el histórico escenario del parque Martí y junto al colegio San Lorenzo, donde medio siglo atrás tuviera lugar el levantamiento popular armado del 5 de Septiembre.