Es un compromiso de fidelidad con el pueblo, la Revolución y Fidel, un deber insoslayable de defender los intereses de la nación cubana, de asumir preceptos que constituyen valores para el humilde pueblo cubano, rico en rebeldía y solidaridad y profundamente revolucionario.
Se habló de honestidad, modestia, austeridad y disposición a defender aun al precio de la vida la obra de la Revolución y el pedacito de suelo patrio que tendrán bajo su responsabilidad en 17 países, a los que parten igual número de embajadoras y embajadores que, en la mañana de este sábado 15 de julio, firmaron como nuevos dignatarios.
Les espera una difícil tarea que debe llenarlos de orgullo, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores Marcos Rodríguez ante esta hornada de diferentes generaciones pero con idénticas y valiosas condiciones políticas, morales y revolucionarias, a quienes exhortó a cumplir cada tarea siguiendo el ejemplo de firmeza de principios que nos dan los cinco cubanos presos injustamente en cárceles de Estados Unidos.
Ante un nutrido grupo de compañeros embajadores, de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, del canciller Felipe Pérez Roque, y de dirigentes del Partido y del Ministerio de Relaciones Exteriores, los 17 juraron, firmaron el compromiso ético, e hicieron suyas las palabras que en nombre de todos pronunció Rafael Daussá Céspedes cuando dijo que defendemos la esperanza del mundo como embajadores de Cuba, hagámoslo con sencillez y ejemplaridad comunista.
El embajador en la hermana Bolivia, lo refrendó con un consejo proveniente de la profunda sabiduría del pueblo quechua: «No seas vago, no seas mentiroso, no seas débil, no seas servil».