La tecla del duende
Solo viviéndolas, pueden comprenderse las emociones de una fiesta de aniversario teclero. Esta familia mayor que le nació a JR en 2005, cuatro años después de que el periodista Guillermo Cabrera Álvarez fundara el horcón de las ocurrencias, no ahorra energías si se trata de regalar y regalarse. Por eso los instantes del encuentro se sienten en tiempo presente, bien anclados en lo que fuimos y seguros del puente que seremos. Comparto entonces solo flashazos, a modo de evocación e invitación a que no terminen nunca de entretejerse los hilos mágicos que nos sostienen...
Nueces con maní. Traídas desde Santa Clara y saboreadas por todos los presentes como la mejor sonrisa de los duendes liderados por Annay.
Dúos inolvidables. En el escenario brillaron singularmente los dúos: Luis Sexto y Luis Hernández Serrano (periodistas), Luis Alarcón y Mario Limonta (locutor y actor), Rodolfo Romero e Hilario Rosete (cronista y editor de libro humorístico)...
Trece manos tecleras pegaron sobre este singular maniquí tarjetas con los mejores sentimientos humanos. Foto: Jesús Arencibia Lorenzo
Narración oral, neorrepentismo, boleros. Tampoco los artistas en solitario quedaron atrás: Dayana Deulofeu contándonos la esperanza; Roly Ávalos, neorrepentizando; Julito Cumberbacht, con melodías clásicas que siempre estremecen; Joaquín Viciedo, humor y lirismo; el Cañón, disparando alto y claro; Mario Cremata, trazando un perfil singularísimo del Leal Eusebio; Lesmes Larroza, disertando sobre el arte auténtico, como buen hijo de la Academia San Alejandro. Y María, insólita desde la gorra hasta los dicharachos.
La fiesta se extendió al domingo 18, cuando una representación de duendes visitó la Academia de Artes Plásticas San Alejandro. Allí sus trabajadores, encabezados por el escultor Lesmes Larroza, compartieron esencias de la institución, en sus meritorios 200 años. Foto: Jesus Arencibia Lorenzo
Fraternidad a prueba de imposibles. La del batallón holguinero que conquistó una guagua y llegó, como cada año, telúrico; la de los espirituanos, centrales en su afecto; la de Las Tunas, Nieve y pólvora reunidas; la de la «estrella de Morón», única; la de Matilde, que aún sobre el dolor vino a tocar a sus hermanos; la de Silvia, cumpleañera bailadora; la de Daily, Teresita y Herminia, en la generosidad del silencio; la de Fernando, uno de los Cinco Héroes, que nos dio la bienvenida en ICAP y, aunque no pudo quedarse, se unió en espíritu a esta tropa.
Conmoción. Cuando Caridad Martínez, la emblemática directora de programas de Radio Progreso recordó a su compañero de la vida: Alberto Luberta Noy, desde el 2017 en el Olimpo de los buenos. De pie y con un apluso, quizá todos repetimos hacia adentro: «¡Qué gente, caballero, pero qué gente!».