La tecla del duende
Con esa costumbre suya de seguir naciendo, el más bromista de nuestros guerrilleros pronto cumplirá 80 febreros. Será el día 6, pero el teclazo debe adelantarse. Camilo Cienfuegos, hombre y amigo, no cesa de ilusionar. Su coctel molotov de arresto, bondad y sonrisa aún arde en las manos de los rígidos e injustos. En una carta suya desde el exilio de Estados Unidos y en la vivencia de su padre, Ramón, con Guillermo Cabrera, hoy y siempre, lo recordamos.
3 de noviembre de 1953
Good evening my dear family:
Yo estoy very good and ustedes, espero que estén trevián. Si ya recibieron my letter because yo no tengo cartas de yours hace long time. Capito tue parla italiano, belo como las flores, o do aprechen sie deutsch.
Gente, no se me pueden quejar, pues les escribo como en 16 idiomas, en esta corrida me convierto en un delegado de la ONU. Ya entiendo y parlo un little big italiano, alemán, francés e inglés, no se crean que es un bonche mío, pero en este país lo menos que hay son americanos.
En los cuatro meses que pasamos en el campo aprendimos con el cocinero (the chief) que es alemán, un poco de ese idioma, es fácil y es un intercambio. Todo el mundo quiere aprender español y enseguida hacemos negocio. Usted me enseña ¿...? y yo le enseño español. Camilo
...Cuando puedo escuchar directamente de fuentes vivas pasajes de personas que admiro, siento una felicidad indescriptible. No critico el pequeño egoísmo de quienes guardan para sí recuerdos patrimoniales, como el caso de Manresa, el jefe de despacho del Che, discreto hasta la médula, o el del propio Osmany, hermano de sangre y de ideas de Camilo. Solo los envidio.
Una lección de intimidad profunda me la dio Ramón Cienfuegos una tarde en el portal de su casa. Emilia colaba café adentro y él, con un rápido gesto, extrajo de la cartera no una foto, sino un negativo fotográfico. Lo alcé para verlo a trasluz y vi a los tres pequeñuelos en cueros en pelota, en algo que parecía la azotea de una de las tantas casas que habitaron en su pobreza.
—Ramón, usted me presta el negativo y yo le imprimo la foto —le dije.
—No, tú harías dos fotos y ya no sería solo mío este recuerdo. Es lo único verdaderamente único de mis hijos —y agregó con ojos en penumbras:
—Todo es público menos este negativo — y lo guardó. (G.C.A., JR, 31/07/1999)
El sábado 11, a las dos de la tarde, en el Memorial José Martí, será nuestra fiesta de aniversario de la Tecla y sus tertulias. El santo y seña para entrar será un libro para la mesa sueca-literaria y un grafiti. Habrá sorpresas.