Los que soñamos por la oreja
Tras un período en que la escena del rock y el metal en Cuba se vio caracterizada por un total predominio de las tendencias extremas, parece que al fin el panorama comienza a diversificarse. Aunque de manera lenta, últimamente entre nosotros han surgido bandas cultoras de distintas corrientes, lo cual, a mi parecer, es algo muy saludable. Uno de los nuevos grupos que más me ha llamado la atención es el que responde al nombre de Sound Blast Profile.
Oriundos de la provincia de Matanzas, este es un ensamble que irrumpe en el medio musical cubano en junio de 2011. Su nómina la integran figuras con experiencias anteriores en otras bandas reconocidas en el devenir del rock y el metal cubanos. Así, en Sound Blast Profile encontramos al vocalista Alexander «Tinito» Riera, muy recordado por su participación como figura frontal de Delirio G, agrupación que en el decenio de los 90 fuese una de las que en Cuba se decantó por las sonoridades procedentes del grunge. Junto a «Tinito» están el bajista Dennis Perdomo, ex componente de Rice and Beans; y dos otroras miembros de Break Event Point, el baterista René Castilleira y el guitarrista Ignacio Moreno, que en la actualidad también comparte su tiempo en Rice and Beans.
Con semejante experimentada alineación, y a sabiendas de los gustos musicales que a través de su historia han caracterizado a estas cuatro figuras, era lógico esperar que ellos se aparecieran con una propuesta en la que de algún modo se sintieran ecos del hard rock setentón y del grunge de los 90. Y así justamente ocurrió. Su primer material grabado, Sound Blast Profile Vol. 1, desde su propio nombre es una suerte de homenaje a esa clásica sonoridad de antaño, claro que acorde con los tiempos que vivimos entrada ya la segunda década de los 2000.
A tono con tal orientación ideoestética, ubicada en lo que se conoce como postgrunge, aquí nos topamos con temas de corta duración, muy compactos en su sonido, con escaso despliegue guitarrístico y finales un tanto abruptos, que dan la aparente impresión de ser concebidos un poco al descuido, aunque ello es algo de sobra planificado.
Desde que me llegó una copia del material registrado por estos cuatro matanceros, no me aburro de ponerlo una y otra vez. Me hace inmensamente feliz comprobar que en nuestro medio también hay gente interesada en hacer un tipo de música como la recogida en Sound Blast Profile Vol. 1. Aquí vuelve a verificarse lo mucho que ha avanzado la técnica de grabación en nuestros días gracias a las llamadas TIC, incluso en un sitio como Cuba, cosa que permite que en lugares fuera de La Habana se hagan registros musicales en formato digital, con una calidad entre aceptable y buena, que poco o nada tienen que envidiarle a los llevados a cabo en la capital cubana.
En el sentido del sonido, cabe resaltar el adecuado tratamiento que se le ha dado a la voz del cantante, así como a la instrumentación de respaldo, lo cual posibilita que cada cosa se escuche en el plano donde debe ir. Esto es de felicitar, porque no es raro que en estudios profesionales cubanos con mayores posibilidades para grabar, mezclar y masterizar, encontremos trabajos con pésimos resultados en cualquiera de dichos tres aspectos, en muchos casos imputables a la falta de gusto y conocimientos para dejar plasmada en un CD una propuesta roquera o metalera.
Temas como Breaking through, Twenty years old lies, One piece of love, Built to last y Golden & hazel, dejan a las claras que por los oídos de estos matanceros han pasado cientos de grabaciones de bandas de las que desde Seatle inundaron el mundo hace ya alrededor de 20 años.
Con el primer material editado por Sound Blast Profile, queda claro que ellos se ubican en la escena de rock y metal en Cuba como una de las agrupaciones más interesantes de la actualidad, con una propuesta atípica para lo que en el presente predomina entre nosotros. Para mi gusto personal, el cuarteto resulta una bocanada de aire fresco en una atmósfera que en años recientes ha estado demasiado viciada.