Frente al espejo
Si bien sería genial que los espacios se reproyecten en cada comunidad a nivel nacional, se debe estar claro que existen muchos locales en todos los barrios que pertenecen a las diferentes organizaciones y se mantienen inmovibles. (Dale taller al barrio, Haydée León Moya y Yuniel Labacena Romero, 22 de mayo). Bien pudieran ser estos los primeros en ocupar un lugar en proyectos para niños y adolescentes. Se podría, con el apoyo de las abuelas y los padres, hacer talleres de corte y costura, pintura, papier maché, modelado con plastilina, competencias de parchís, dominó, ajedrez… Estoy segura que iniciativas como estas las apoyarán cada padre, cada abuela, porque estarían sus hijos y nietos ocupando su tiempo en jugar de manera segura, y sobre todo, e interactuando con niños y adolescentes de sus mismas edades. Sacaríamos a todos del juego callejero, del aislamiento de otros por tener en casa videojuegos y computadoras, y otros de bajos recursos tendrían una oportunidad a través del juego para disfrutar y aprender. (Jp)
«…La contaminación sonora en la actualidad ha aumentado al amparo, incluso, de las instituciones. (Del uso y abuso de los espacios públicos, Graziella Pogolotti, 21 de mayo). Es común escuchar en los pueblos o ciudades de nuestro país en espacios públicos música o ruido, sin importar las quejas de los vecinos que son convertidos en espectadores forzados, con el pretexto de que no existe otro espacio o que se necesita proveer esparcimiento a los más jóvenes…» (GHT)