Acuse de recibo
Anisleidy Valle García (Ciclón, No. 356, entre Pastora y Síndico, reparto Raúl Sancho, Santa Clara) me sube la parada en su carta, pues traslada una queja de su abuela de 80 años, quien cree fervientemente que la publicación de esta aquí, obre la solución del problema.
Señala que en donde viven es grave la situación de las tupiciones por las condiciones de las tuberías de alcantarillado y la obsolescencia de las instalaciones. Hace unos meses se produjo una obstrucción en la línea central, que provocó la tupición de varias casas en la cuadra.
Retrocedieron las aguas albañales, con heces fecales y orina, por lo cual la comunidad se vio obligada a romper la acera, por el único sitio que drenaba. Los vecinos de la cuadra siguiente no tuvieron más remedio que ver cómo se inundaba la calle de una acera a la otra con el vertimiento, hasta aguantar tupiciones en casa.
«Gestiones se han hecho muchas, dice, incluida las de esta servidora, quien redactó una carta a las autoridades planteando el problema. Y hasta hoy no ha tenido solución. Varios vecinos afectados han acudido en contables ocasiones a Comunales, el Gobierno, el Partido. Y en todos los sitios se reciben las respuestas burocráticas establecidas, que al final no solucionan».
Acudió el carro de Comunales, y se percataron de que no llevaban agua para proceder a los trabajos de limpieza, que la manguera no alcanza... La segunda vez extrajeron un poco del fango fétido que obstruye. Pero al ver que no fue suficiente, lo dejaron en el mismo lugar y cerraron la tapa de la alcantarilla. Resultado: en cuanto llovió, todo ese fango penetró de nuevo en la tubería, e incluso contribuyó a tupir las alcantarillas cercanas, al drenar el agua hacia esos lugares.
«En fin, manifiesta, que los vecinos de al doblar resolvieron porque a recomendación de las propias autoridades de Comunales le pagaron a un particular. Pero mi abuela de 80 años se niega a hacer semejante acción, pues no lo considera correcto. Situación: hueco abierto, vertiendo constantemente excrementos, el mal olor insoportable, los mosquitos aumentan, y estamos viendo el tema del dengue.
«Mi abuela tiene todas las patologías que pueda imaginar: diabética, cardiópata, hipertensa, artritis, le falta un riñón. Y aun así, ha acudido a esas instancias para recibir respuestas superficiales», concluye.
Belkis Oviedo García (calle 294 A, No. 2122, entre 294 y 296, Santa Fe, Playa, La Habana) cuenta que ya hace cinco meses que tiene reportado el teléfono de su casa a Etecsa, el 72725857. Ya hay en su haber cinco reportes, y según ellos el par está abierto.
«Tengo a mi madre enferma en casa con cáncer terminal, afirma, y somos tres hermanos que nos turnamos en su cuidado. He hablado con supervisores. No tengo forma de describir el peloteo, “ve para aquí, para allá”, y no dan una solución.
«No acabo de entender. Es el único teléfono que se encuentra en esa localidad sin servicio, a nombre de mi esposo, José Antonio Sotto Tornés, que trabaja en el Palacio de las Convenciones, Consejo de Estado, quien debe estar siempre localizable», concluye.