Acuse de recibo
LA metáfora que titula hoy la sección la envía Orlando Muñoz Guevara, desde Las Tunas, para calificar la manera en que atienden a las personas en el Departamento de Oftalmología del hospital Ernesto Guevara de la Serna, de esa ciudad.
Siguiendo el tono de su metáfora, Orlando refiere que en el área de Glaucoma de ese departamento hay un equipo de especialistas muy capaces, «que abren el corazón para entregarlos a sus pacientes, y ponen solo el amor en los ojos dañados de los que allí concurren».
Y lo describe así:
«Un trato afable, familiar, una mano en la barbilla, una frase de elogio y de confianza. Le oí decir a un paciente que eso parecía un círculo infantil, donde los enfermos son párvulos, y los médicos y auxiliares los encargados de que su estancia y futuro sean tan agradables.
«Da gusto observar a la doctora Zandra Olano, a Osmara y a la otra —que no recuerdo su nombre—, pero que la belleza de sus ojos la pone en función de que los ojos ajenos embellezcan de salud. Todas con una sonrisa, con un amor, con una dedicación que debería servir de ejemplo a todos los que practican esa noble labor», concluye Orlando.
Hace diez años que Mercedes González intenta reparar por sí misma el techo de la habitación 5 donde reside, en la ciudadela de Gervasio 570, entre Reina y Salud, Centro Habana. Pero es un usufructo gratuito, y cualquier trabajo constructivo le corresponde al Estado.
Mercedes necesita crearle mejores condiciones a su hija, que desde los dos años padece inmunodeficiencia primaria, asma bronquial, infecciones respiratorias a repetición y adenoamigdalitis crónica, de la cual fue operada. Como si fuera poco, la menor tiene pendiente un estudio de la función plaquetaria por la hemorragia que sufrió en la operación, que fue más de lo normal.
Con el paso del ciclón Irma, el techo sufrió afectación. Pero no dejan a Mercedes repararlo con esfuerzo propio. Pusieron la ciudadela en el Plan del Esfuerzo Decisivo; y la obra, a cargo de la ECAL 2, debía estar concluida el 30 de marzo del presente año. Lo peor es que la brigada ejecutora abandona sus trabajos con frecuencia, y dejaron a Mercedes sin techo, lo que provocó que se pudriera el piso y el entrepiso; además de poner una cubierta de zinc que no es recomendable para los problemas de salud de la niña.
Todo este tiempo, ellas lo han pasado en casa de vecinos, pues, no le han dado un sitio de tránsito para proteger la delicada salud de la niña. Y la construcción sigue paralizada.
«Este problema que estamos pasando, y el poder crear las condiciones higiénico-ambientales que requiere la niña, tiene un doloroso contraste con la atención médica esmerada y gratuita que ella recibe. Le han salvado la vida en innumerables oportunidades que su organismo ha estado afectado por bacterias y enfermedades oportunistas debido a sus debilidades inmunológicas», precisa la madre.
Si la obra se inició, es porque tiene un presupuesto. ¿Por qué la brigada de la ECAL 2 no cumple con su misión?
Marilyn Pérez Martínez (calle Miguel Triana 37, Santo Domingo, Villa Clara) desea agradecer al colectivo de médicos otorrinolaringólogos del hospital nuevo en Santa Clara: el doctor Rosbel, la doctora Rosmery y otros de los que no recuerda sus nombres.
«Siempre tendré de ellos los mejores recuerdos, de las enfermeras y de todos los que atendieron a mi padre, al cual le practicaron una traqueotomía el 8 de diciembre, y quien estuvo durante 11 días en la sala de Cirugía B de ese hospital.
«Gracias a toda esa atención y el amor con el que fue atendido, hoy ya está en casa y recuperado. Les deseamos muchos éxitos para el nuevo año, así como al colectivo de esta sección Acuse de Recibo, de la cual soy fiel seguidora», concluye Marilyn.
Y el colectivo de esta sección le reciproca las felicitaciones a Marilyn, a todos nuestros lectores, y a esos cubanos que siempre hacen el bien y laboran con dignidad, por encima de muchas dificultades.