Acuse de recibo
El pasado 25 de abril, desde Morón, Ciego de Ávila, Joel Orozco Coto contó aquí que, graduado en 2011 de técnico medio en Enfermería, le dieron un certificado en vez del título. Y a siete años de labor en el hospital municipal de Morón, le solicitaron el título que nunca se expidió.
Joel refería que reclamó a Ciencias Médicas de Morón, donde estudió. Y allí el secretario ratificó que en la graduación de ese año no hubo títulos, sino certificados. Lo remitió a provincia y allí recibió similar respuesta.
El mismo 25 de abril, desde Melena del Sur, Mayabeque, Berta Martínez relató que se graduó de Licenciatura en Laboratorio Clínico en 2009, y aún no tenía título, pues, cuando se lo entregaron, estaba mal hecho. Berta fue varias veces a la Universidad de Ciencias Médicas de Mayabeque sin lograr respuesta alguna. Solo el «venga otro día».
El 26 de junio pasado llegó la respuesta del doctor Jorge González Pérez, director de Docencia Médica del Ministerio de Salud Pública: se creó una comisión ministerial para investigar ambos casos, la cual se entrevistó con Joel y Berta, y con directivos y trabajadores involucrados en ambas historias.
En cuanto a Joel, añade, en búsqueda de información en el departamento de Atención a la Población de la Universidad de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila, no hubo antecedentes de insatisfacciones por parte de él. Se graduó de enfermero básico el 20 de diciembre de 2007, y como técnico medio en Enfermería el 15 de julio de 2011.
Joel no tiene título de graduado, pero sí el certifico de terminación de los estudios de técnico medio en Enfermería, acreditado ante el Ministerio de Salud Pública, y válido para laborar en cualquier institución de salud y continuar estudios de licenciatura.
En entrevista con Joel, añade, este reconoció que cuando comenzó a trabajar y no le aceptaron el certificado de graduado no se ocupó entonces de realizar gestión alguna para solucionar el problema; y lo vino a hacer a inicios de abril de este año.
«Se verificó que Joel tuvo dificultades académicas y no pudo vencer el nivel de licenciatura, apunta, y por ello abandonó sus estudios, momento en el cual se le debió entregar por secretaría de esa Universidad la titulación de Técnico Medio en Enfermería y no se hizo; además de no existir por su parte ningún proceso de reclamación, pues como poseía un certifico podía acceder a trabajar sin dificultad».
Señala el doctor que se incumplió la Resolución 444/87 del Ministerio de Educación sobre Reglamento para el otorgamiento, la tramitación y expedición de títulos, diplomas, certificados y certificaciones en los centros docentes. Y se hizo un análisis en la Universidad de Ciencias Médicas para fortalecer esta actividad con medidas organizativas y de control que permitan el cumplimiento del citado Reglamento.
Agrega que en el caso del director y la secretaria docente de la sede universitaria municipal, responsables de esa tarea, ambas personas causaron baja por solicitud propia en 2011.
Todo ello, dice, se le explicó a Joel, quien se mostró conforme, significando que su título ya estaba en tramitación, y se reincorporó a la sala de especialidades quirúrgicas del hospital de Morón, sin afectación salarial.
Sobre Berta, plantea que nunca le fue corregido el título con errores, y recibió un certifico para poder iniciar sus labores.
Ella salió a cumplir misión en Venezuela en 2014, por lo cual no se presentó a reclamar el título ni hizo más trámites al respecto hasta abril pasado. Y agrega que «el título le fue confeccionado nuevamente y entregado una vez concluido el proceso», de lo cual deduzco que fue a raíz de lo publicado, pues no dice cuándo.
Y apunta que «por el tiempo transcurrido se constataron en ambas instituciones que los implicados en el control y seguimiento de esta actividad no se encuentran laborando en dichos frentes». No obstante, dice, por estas y otras insuficiencias en su desempeño, a la decana de la Facultad de Ciencias Médicas de Mayabeque se le aplicó la democión del cargo en 2016; y a la secretaria docente de dicha Facultad, en 2014.
Agradezco la respuesta, pero el hecho de que al final se hayan resuelto ambas historias tras la revelación aquí, no mengua la culpa de quienes, penosamente, no fueron capaces de entregar a tiempo algo tan honroso y estimulante como un título. ¿Qué título habría que ponerle a la falta de títulos? Irresponsabilidad.