Acuse de recibo
El pasado 28 de enero Yoralis Blanco Vega contaba aquí que, tres días antes, intentó entrar a la Tienda Panamericana de 26 y 17, en el municipio capitalino de Plaza, y comprar allí culeros desechables para su niño, que es limitado físico-motor, tiene incontinencia urinaria y camina muy poco.
Como iba con el niño en el coche, a la entrada, en el guardabolsos, la empleada le dijo que no podía entrar con el pequeño en el coche. La madre preguntó en qué sitio estaba expuesta esa normativa y al amparo de qué resolución se imponía la prohibición, considerando las limitaciones de su hijo.
La empleada respondió que era una regulación interna de la tienda, adoptada a partir de un supuesto hurto realizado mediante un coche con niño. Yoralis solicitó al gerente del establecimiento o al jefe de piso. Y le respondieron que ninguno de los dos estaba para atenderla y explicarle.
«Al final, afirmaba entonces este redactor, Yoralis sufrió la humillación y el maltrato de una medida que, de alguna manera, supone un ladrón en cada cliente. ¿No hay otra manera de velar por los recursos de la tienda menos lesiva? ¿Por qué una persona honesta debe sufrir esa afrenta? ¿Desapareció la delicadeza y el respeto hacia una madre con su hijo discapacitado?».
Al respecto, responde Caridad del Carmen Hidalgo Núñez, gerente general de la Sucursal Habana del Este de Cimex, que se visitó a Yoralis en su domicilio para esclarecer el asunto y comunicarle las acciones emprendidas a fin de brindarle la debida atención.
Aclara, tal como se hizo con la clienta, que «no existe una resolución que regule el acceso de personas con coches y niños a unidades comerciales de Cimex; y dicha medida fue aplicada de manera interna por las administraciones de las tiendas, con la intención de proteger sus bienes y evitar pérdidas, ya que en innumerables ocasiones se ha producido la sustracción de productos de los comercios por personas inescrupulosas utilizando coches con niños.
«No se le puede causar incomodidades a los clientes que no tienen esa intención, por lo que cuando una persona desee acceder a alguna de las instalaciones comerciales con bebés en coches, no se le prohibirá la entrada. Pero no se excluye que luego de permitirles el acceso y se detecten actitudes sospechosas, se ejerza un control de las mercancías a la salida del establecimiento».
Precisa Caridad del Carmen que se realizó un llamado de atención a todas las administraciones de las tiendas pertenecientes a la Sucursal, referente a esa situación creada, con el propósito de evitar que pueda ocurrir nuevamente.
«Lamentamos la situación descrita, subraya, y aprovechamos la comunicación para informar que la clienta quedó conforme con la atención y respuestas brindadas al respecto», manifiesta la gerente general, y declara con razón el planteamiento de Yoralis.
Al propio tiempo, Caridad del Carmen señala que el Grupo Empresarial Cimex está siempre en la disposición de atender cualquier inquietud o insatisfacción de sus usuarios.
Agradezco la respuesta y el tratamiento brindado a la clienta. La historia puede servir de alerta no solo a esa sucursal, sino también a Cimex en general y al resto de las cadenas comerciales del país, pues no es la primera vez que sucede algo parecido.
Hay que evitar medidas extremistas y unilaterales de ese tipo, que laceran a los clientes y los humillan, suponiendo un posible ladronzuelo en cada uno. La necesaria vigilancia por la integridad de las mercancías no debe conducir a las administraciones a adoptar medidas antipopulares, que no están avaladas en normativa alguna. Hay formas muy elegantes y sutiles de vigilar y controlar, si no existen las cámaras delatoras, pero nunca negarle el acceso a una tienda a una madre con su hijo en un coche.