Acuse de recibo
Del «matrimonio», o tal vez «divorcio», entre la empresa Ómnibus Nacionales y quienes atienden la reparación de Viales, hablaba la carta que publicamos el 17 de mayo último remitida por el capitalino Humberto Piñeiro Cruz (calle San Julio No. 160, apto. 6-E, e/ Santos Suárez y Enamorado, Diez de Octubre).
Se dolía entonces Humberto de que el municipio de Bahía Honda, otrora pinareño, ahora en predios de Artemisa, se fuera quedando aislado de las rutas de Ómnibus Nacionales, pues de tres de estas que pasaban por ese municipio ahora solo quedaba una. Las razones que se esgrimían para ello giraban, fundamentalmente, en torno al deterioro de las calles, contaba el lector.
Y se cuestionaba si no existía comunicación entre ambas entidades: la transportista y la responsable de las vías, a la par que meditaba acerca de la necesaria implicación de las autoridades de Bahía Honda en el asunto.
A propósito contesta Lisandra Caraballo Rodríguez, directora general de la Empresa Ómnibus Nacionales. Comienza reconociendo Lisandra que, ciertamente, hasta el año pasado se desplazaban por el circuito norte de las provincias de Pinar del Río y Artemisa las rutas con destino a Santa Lucía, La Palma y la propia Bahía Honda, y que los viajes con rumbo a las dos primeras dejaron de existir.
«La ruta de Santa Lucía modificó su itinerario a solicitud de las autoridades del territorio, producto de reiterados planteamientos de la población que reclamaban la necesidad de reducir la duración del viaje. Posteriormente, en septiembre de 2013, y como consecuencia de la interrupción del vial entre las localidades de Bahía Honda y La Palma, fue necesaria la suspensión de la segunda ruta que transitaba por el territorio», expone la Directora General.
Es válido señalar —apunta— que en la actualidad el viaje Bahía Honda–La Habana cubre la demanda de la población del territorio, al promediar un índice de ocupación que se comporta al 89 por ciento, y que «una vez rehabilitado el tramo de carretera afectado, se restablecerá la ruta de La Palma transitando por la localidad de Bahía Honda».
Y concluye la directiva expresando que esta misma respuesta fue dada al remitente de la queja cuando se le visitó en su domicilio. Él no se mostró conforme porque no se especifica cuándo las autoridades de Viales repararán el segmento dañado de la carretera, a lo que se le respondió que eso debía tratarlo con aquella entidad.
Agradezco la misiva de Lisandra Caraballo Rodríguez. Apunto que hubiese sido oportuno que se explicaran los vínculos (o separaciones) existentes entre la empresa a su cargo y quienes deben reparar las vías. A fin de cuentas, ambos forman parte de un sistema de transporte público, cuyo fin último es servir a la movilidad de los ciudadanos, un propósito que demanda la labor mancomunada de las dos organizaciones.
Es alentador saber que la guagua con destino a La Palma circulará nuevamente por terreno de Bahía Honda, aunque nos queda la interrogante del cuándo. Esperemos sea pronto.
Motivado por la carta de un coterráneo capitalino, también aparecida en esta columna, nos escribe el Doctor Pedro Cruz Atrel (calle Estrella No. 366, entre Lealtad y Escobar, Centro Habana), quien nos cuenta que disfruta leer la edición dominical de JR, pero resulta poco menos que imposible obtenerlo, independientemente de la hora en que él decida levantarse para ir a comprarlo al estanquillo más cercano.
Y añade: «Si persistes en la idea de leerlo, debes entonces desplazarte a pocos metros de estos centros de expendio y pagarlo a dos pesos el JR (dominical) y a un peso el Tribuna de La Habana», cifras que el lector considera abusivas.
Pedro solicita que se brinde más información sobre el mecanismo de distribución de la prensa.