Acuse de recibo
El pasado 11 de agosto, Elena González Orozco denunciaba aquí, en nombre de los vecinos de Concepción de la Valla, entre Campanario y Lealtad, en el municipio habanero de Centro Habana, que hacía nueve meses, desde las seis de la tarde el voltaje eléctrico bajaba considerablemente, sin que se restableciera hasta el siguiente día. Como consecuencia de ello se habían roto equipos electrodomésticos, controladores de voltaje y tubos de luz fría.
Los vecinos se habían quejado con la Organización Básica Eléctrica (OBE) municipal, pero la situación permanecía sin una solución definitiva.
Al respecto, responde Ricardo Mangana Pérez, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana, que el caso fue trasladado al director de la OBE de Centro Habana. Y el 19 de agosto, en visita a la clienta, se comprobó, al realizar las tomas instantáneas de las cargas, que el transformador que brindaba servicio a esa zona, de 25 KVA, se encontraba sobrecargado.
Al día siguiente, se sustituyó el transformador por uno de 37 y medio KVA, y además se cambiaron los bornes del mismo y las acometidas del lugar. Se midieron las cargas en el horario pico, y se comprobó que se encontraban en los límites permisibles, refiere.
Solucionado el caso, qué bien. Pero en solo 24 horas después de lo publicado se resolvió lo que no se hizo en nueve meses, y que mantuvo a esas familias en el desasosiego y la irritación. Y en la respuesta, ni siquiera se explica por qué se eludió la solución y se maltrató tanto tiempo a esos vecinos.
El 25 de mayo del presente año, la lectora Hilda Trujillo, residente en Marqués González 108, en el barrio Cayo Hueso, de Centro Habana, se quejaba aquí de los incesantes y alargados apagones que implicaban la rehabilitación de líneas y sustitución de postes eléctricos en ese barrio durante ese mes, y solicitaba una explicación.
Y el pasado 27 de julio, el mismo Ricardo Mangana respondía aquí que visitaron a Hilda el 5 de junio y se le explicaron detalles de la rehabilitación, que implicaba obras de gran complejidad por tratarse de cambio de estructuras y de postes.
Pero, precisaba, tales labores no estuvieron exentas de roturas imprevistas y prolongadas lluvias que provocaron alargamientos. Y aseguró que se realizaron acciones organizativas para minimizar las afectaciones sin comprometer la fecha de terminación de la rehabilitación.
Pasó el tiempo, pero siguieron las interrupciones. El 4 de septiembre, Hilda volvía por sus fueros para contar un itinerario agotador de apagones: el 30 de agosto de dos horas y media por un cable partido. Al día siguiente, desde las 8:30 a.m. hasta las 12:40 de la noche (no supo por qué). El 1ro. de septiembre, desde las 7:50 hasta cerca de las 10:30 de la noche (no pudo comunicar por teléfono). El 2 de septiembre: de 7:40 a 11:40 de la noche. Y de nuevo había bajos voltajes.
Hace unos días, Kariel González, de Oquendo 358, en el mismo barrio de Centro Habana, nos enviaba una larga lista de interrupciones de por lo menos dos horas cada día, los días 26, 30 y 31 de agosto, por el día, y otra de apagones en la noche de al menos dos horas los días 1ro. y 2 de septiembre; el día 3, tres horas en el día, y el 10 de septiembre tres interrupciones intermitentes en el día. Y el 8 de octubre pasado permanecieron 13 horas sin servicio eléctrico.
«Se llama al 18888, afirma, y explican que hay averías, disparos en el circuito, vía libre, mantenimiento programado, y más. Pretextos que pueden ser ciertos, pero que no eliminan el malestar. No estoy en contra de los mantenimientos, pero por qué no existe un mecanismo de compensación o indemnización. Si me paso un día sin pagar la factura, enseguida me cortan el servicio, pero si la Empresa me afecta, no hay responsabilidad. ¿Somos clientes para algunas cosas y para otras no?».
Este redactor bien sabe cuánto se sufre en tal sentido, pues conoce que existen zonas donde frecuentemente se producen interrupciones del servicio eléctrico de madrugada, a veces prolongadas, y nunca se llegan a saber las razones. La Empresa Eléctrica le debe mucha información a sus clientes, que son su razón de ser: ¿son mantenimientos a esas altas horas? ¿Por qué tantas interrupciones de lo que ya se ha rehabilitado?