Acuse de recibo
Aquí alterno cartas ciudadanas con respuestas de entidades. Y estas últimas se acumulan, de manera que algunas se publican bastante tiempo después de recibidas, como la del doctor Enrique Gómez, vicedirector de Salud en La Habana, en respuesta a la queja del doctor Carlos Agustín Villegas, de 21 de julio de 2012.
Vamos al origen: A Carlos en 2004 le otorgaron el derecho a una casa por el municipio capitalino de Diez de Octubre, como parte del programa de construcción de viviendas para médicos internacionalistas. Y en 2005, él pidió traslado como beneficiario para el municipio de Playa, por cercanía a su trabajo. En 2007 se entregaron cinco viviendas en Playa. Intentaron localizar a Carlos, pero estaba de misión en Venezuela, y su familia no dio respuesta con la premura exigida. Carlos quedó de puntero para un próximo edificio.
Desde 2007 él pregunta por la ejecución, y le dicen que «no hay aprobación para el año». En 2011, le explicaron en la Dirección Provincial de Salud las causas del atraso en Playa: la no disponibilidad de espacio. Y se entregaban casas, en otros municipios capitalinos, a médicos que habían retornado de misiones después que él.
Carlos sugirió que le dieran casa por otro municipio, y le dijeron que era imposible trasladarlo otra vez. Él no entendía por qué no se priorizaban los colaboradores que más tiempo llevaban esperando, sin importar el municipio.
Al respecto, el doctor Enrique Gómez refiere que el doctor Carlos ha sido atendido en el departamento de Atención al Colaborador en tres ocasiones, y se le explicaron las razones de la demora.
Precisa que la vivienda otorgada al doctor Carlos mientras estaba de misión en la República Bolivariana de Venezuela, a partir de la fecha de su arribo a ese país, está definida en Playa, y ocupa el segundo lugar en el escalafón de ese municipio. Agrega que el Ministerio de la Construcción (Micons) presta atención a ese programa de conjunto con el Instituto Nacional de la Vivienda, como inversionistas de las obras, y son los responsables de elaborar los planes constructivos.
Agradezco la respuesta, mas no quedan claras las razones de la demora constructiva, las cuales, si bien podrían ser justificadas, deben explicarse. Aun cuando Vivienda y el Micons sean los responsables de la obra, el retraso en el programa también es asunto de Salud Pública. Son sus médicos, que tanto cumplen con la Revolución y con la economía del país, los que aguardan.
Recientemente, Leandro Morales (Bellavista No. 820, entre Conill y Santa Ana, Plaza de la Revolución, La Habana) buscaba losas de piso para fijar unos rodapiés en su cuarto, y las encontró —del surtido que deseaba— en dos ferreterías de la Cadena de Tiendas Panamericanas, sitas en Belascoaín, entre San Rafael y San Miguel, y en Oquendo, entre Ánimas y San Lázaro, en Centro Habana.
Pero —siempre hay un pero— el cliente está obligado a comprar por cajas (cada una trae diez losas). Como en ocasiones anteriores y en establecimientos de otras cadenas él había comprado por unidades y no por cajas, indagó con los empleados. Y la respuesta es que la Cadena de Tiendas Panamericanas tiene esa disposición para sus ferreterías.
Resultado: Leandro decidió no comprar las dos cajas, y sigue sin cubrir y terminar los rodapiés del piso del cuarto, porque no desea adquirir lo que no va a utilizar del todo.
«En ambas ferreterías —afirma— los dependientes me atendieron correctamente y donde solicité explicaciones, las mismas me fueron dadas con la debida educación. Pero si hubiera comprado las dos cajas habría gastado unos 35 CUC (875 pesos). Si hubieran podido venderme las 12 losas, habría gastado 21 CUC (525 pesos).
«Si compras una caja y hay losas rotas, el vendedor está obligado a cambiarte las averiadas. ¿Cuál es la lógica de no vender por unidades, cuando ante tal situación se tiene que sacar la nueva losa de una caja? Si hubiera comprado las dos cajas no hubiera adquirido lo que necesitaba, sino lo que impone el vendedor a un producto que es bien caro.
«¿En qué se basa tal medida Tiendas Panamericanas que afecta al consumidor? ¿Está contemplada entre las normas de respeto y protección al consumidor por parte de esa cadena?», concluye Leandro.