Acuse de recibo
Migdalia Isabel Moreno, directora del Centro Provincial de Control de la Tierra de Holguín, responde a la inquietud del lector Tomás Barbarito Cáceres (Uñas, Velasco, municipio de Gibara), revelada aquí el pasado 18 de agosto.
Entonces, Tomás Barbarito planteaba que tenía todo para hacer parir la tierra, y desde octubre de 2008, al amparo del Decreto-Ley 259, solicitó unas tierras de la cooperativa Álvaro Fernández que, según él, estaban ociosas. Le fue rechazada la petición, las solicitó posteriormente y también se las denegaron. «Aún la tierra sigue sin ser cultivada», concluía el reclamante.
A propósito, señala Migdalia que la comisión investigadora constituida, la cual ella presidió, se entrevistó con Tomás Barbarito, el presidente de la CPA Álvaro Fernández y el Delegado de la Agricultura en Gibara. También revisó documentos y procedimientos realizados.
Explica que el 20 de septiembre de 2008, Tomás Barbarito solicitó 13,42 hectáreas para la ganadería. En el expediente consta que el 8 de mayo de 2009, el Delegado a nivel municipal emitió la Resolución 449/2009, mediante la cual le fue denegada la solicitud, por ser un área perteneciente a la CPA Álvaro Fernández que no se encuentra dentro del fondo de tierras ociosas.
Explica Migdalia que la CPA Álvaro Fernández se halla en un proceso de reordenamiento de sus áreas: ha entregado en usufructo 71,2 hectáreas que poseía, y actualmente se conforma expediente para la compraventa de 21,05 que son de su patrimonio. De las primeras entregadas se beneficiaron 19 personas, y de las últimas otras cuatro. En la zona quedan pendientes 13 solicitantes de tierra, a quienes no se les ha podido corresponder por no disponer de áreas ociosas allí.
La CPA cumple sus planes de producción y las ventas al Estado, refiere Migdalia, y especifica que el área que solicita Tomás Barbarito, de cuatro hectáreas, forma parte de las tierras dedicadas a la ganadería, están divididas en cuartones y se encuentran libres de maleza. Tienen un jefe que las atiende, y allí rotan los ovejos, equinos y bueyes en tiempo de seca, cuando se agota el pasto en otras áreas.
Concluye que no es posible satisfacer la pretensión de Tomás Barbarito por no disponerse de tierras ociosas en el área donde él las solicita; no sin antes informar que el reclamante trabaja las tierras de su padre y que un hermano suyo fue beneficiado con la entrega de tierra en usufructo.
Por encima de su inmenso dolor, Karina Cobas se yergue para escribir a esta sección y revelarnos que es la viuda de Juan Manuel Pérez, una de las víctimas del accidente de una aeronave de Aerocaribbean el pasado 4 de noviembre, que cubría la ruta Santiago de Cuba-La Habana.
Karina, quien reside en Rosell 210, en el barrio capitalino de Mantilla, hace extensivo su más profundo agradecimiento a todas aquellas personas e instituciones que estuvieron a su lado, dándole apoyo en momento tan triste de su vida.
De forma muy especial, quiere agradecer a la Asamblea Nacional del Poder Popular, especialmente a los compañeros del Departamento de Secretaría, del cual su esposo era funcionario. Y también a los compañeros de la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana.
Karina nunca olvidará al equipo de Medicina Legal que tuvo a su cargo el proceso de identificación de las víctimas, a los funcionarios del Instituto de Aviación Civil de Cuba, a los compañeros de la Dirección Municipal de Educación de Arroyo Naranjo.
Y concluye su reconocimiento ensalzando el apoyo que tuvo de sus vecinos, de la gente de su barrio, de los electores de la circunscripción 11 del municipio de Arroyo Naranjo, donde vive.
Así somos los cubanos, por encima de nuestros defectos e insuficiencias: no más alguien cae en el foso insondable del dolor por una tragedia de tal magnitud, se prodigan muchas manos para alzarlo y levantarlo. Hay mucho corazón en este país.