Acuse de recibo
En las cartas de entidades a esta columna para esclarecer denuncias hay respuestas... y respuestas: desde las epidérmicas y formales, para salir del paso; hasta las que revelan autocríticas investigaciones, con sincera toma de conciencia y medidas ejemplarizantes. A estas últimas pertenece la de Juan Alejandro Blanco, director general de ASTRO, a propósito de la queja revelada aquí el pasado 7 de julio, de María del R. Roble, de Rayo 424, en el municipio capitalino de Centro Habana.
Contaba María que el 2 de julio abordó el Yutong que sale a las 8:00 p.m. de Puerto Padre y rinde viaje a las 7:30 a.m. del siguiente día en La Habana. Fue puntual, pero se rompió a los 20 minutos, entrando al pueblo de Vázquez. Y se llamó a Las Tunas para que enviaran un trasbordo.
El sustituto llegó a las 12 de la noche, pero sin aire acondicionado. Ante los reclamos de los pasajeros, la nueva tripulación, de mala forma, dijo que si querían aire, abrieran la escotilla del techo, pues Las Tunas no tenía otro. Y no se habló del reintegro correspondiente. Ante la insistencia de los pasajeros, uno de los choferes señaló que «si quieren se van así, de lo contrario esperen en Las Tunas que manden otra guagua... y ya verán».
Llegaron a Las Tunas a la una de la mañana, y el chofer les preguntó que si querían seguir viaje así o no. Hubo opiniones divididas y discusiones, hasta que el chofer, en la peor forma, remató: «¡Bájense todos, esto llegó hasta aquí! ¡Se acabó!». Hasta que apareció quien estaba al frente de la Terminal a esa hora: a gritos les comunicó que la guagua no continuaba porque era él quien no la dejaba. Sin aire acondicionado no podía viajar. Habían llamado a La Habana, al Puesto de Mando, e iban a habilitar la del turno de las 8:00 a.m.
Cerca de las 2:30 a.m. llegó el ómnibus. Nuevo traslado de equipajes, y pésimo trato del responsable, quien gritó de manera descompuesta: «¡Métanle una trompada por la boca a esa que anuncia, porque yo no he dado salida a esta guagua!». A las 3:00 a.m. fue que partieron, en un ómnibus de servicio regular. No hubo reintegro, y ni siquiera disculpas, después de tantos contratiempos y maltratos.
Al respecto, responde el director general de ASTRO que, «por la trascendencia del hecho», se constituyeron comisiones que investigaron con la reclamante en su domicilio, con las tripulaciones, con las administraciones de Puerto Padre y Vázquez y con pasajeros y empleados de Las Tunas presentes en los sucesos.
Como resultado, se realizó una reunión conclusiva con la dirección y el sindicato de la Empresa ASTRO de Las Tunas, en la cual participaron Leonor García, jefa del Departamento de Atención a la Población del Ministerio de Transporte, y la dirección del grupo Empresarial ASTRO.
«Considerando que existieron violaciones de los reglamentos disciplinario y de operaciones», se aplicaron las siguientes medidas:
Al tripulante del ómnibus se le suspendió el estímulo salarial por cinco meses, «por falta de profesionalidad al trasladar las informaciones a los clientes». Por similar razón, al jefe de turno se le trasladó a una plaza de menor categoría y remuneración durante tres meses. Y al auxiliar de tráfico, por semejante comportamiento, se le suspendió la estimulación salarial por tres meses.
«Por negligencia en el cumplimiento de sus deberes, al enviar un ómnibus para el trasbordo sin poseer las condiciones requeridas, estando disponible otro», al jefe de brigada de los auxiliares de tráfico se le suspendió el estímulo salarial por cinco meses; y la especialista de Operaciones, «por no dar seguimiento debido a la operación del trasbordo, fue amonestada ante el Consejo de Dirección».
Aclara Blanco que las medidas, aunque necesarias, no son lo fundamental, si no se emprenden acciones para evitar que ello se reitere. Por eso en ASTRO Las Tunas se confeccionó un plan con medidas educativas y de control. Y el Grupo Empresarial revisará sus programas de capacitación de las tripulaciones, lo cual implicará el reciclaje de todo el personal que atiende a la población, «encaminado a que nuestro pueblo reciba la atención de excelencia que merece, y para la cual el Gobierno revolucionario realizó una considerable inversión, y se esfuerza diariamente en todas las ramas de la economía».