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En busca de la equidad competitiva

Más allá de la notable paridad deportiva que ha alcanzado el ajedrez femenino en décadas recientes, las trebejistas continúan derribando las barreras que la inercia y el machismo trataron de perpetuar a escala planetaria

Autor:

Amado René Del Pino Estenoz

Un par de décadas antes de que Beth Harmon, la heroína de Gambito de Dama, disputara célebres combates mentales con el avezado Vassily Borgov, Judith Polgar, la mejor trebejista de todos los tiempos, completaba una hazaña digna de los guionistas de Netflix: derrotar en 2002 al campeón mundial Garry Kasparov, en un sonado match por equipos en el que el conjunto Resto del Mundo superó por estrecho margen al de Rusia.

Luego de tres lustros en los que venía codeándose con la élite del ajedrez en imponentes escenarios competitivos —Linares, Dortmund, Hastings, Las Palmas, Wijk aan Zee—, la Polgar puso en evidencia cuánto habían progresado los trebejos femeninos desde que Vera Menchik enfrentó a la pléyade de Grandes Maestros reunidos en Carlsbad 1929. Al concluir en 2014 su carrera deportiva —en la que integró en múltiples ocasiones el Top 10 Mundial sin distinción de sexo y encabezó el ranking femenino de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) durante más de un cuarto de siglo—, Judith consolidó el prestigio de las mujeres ajedrecistas para las décadas venideras.

El decurso del siglo XXI ha presenciado el despegue de talentosas jugadoras chinas que, siguiendo la buena estela de Judith, han alcanzado resultados formidables ante sus pares masculinos, como la campeona del mundo Hou Yifan —en el 10mo. Festival de Gibraltar 2012, donde disputó los play-offs por el primer lugar—; y la retadora a la corona universal Lei Tingjie, quien se impuso en 2018 a una quincena de Grandes Maestros en el 47mo. Abierto de Sevilla.

Poseedora de los títulos mundiales en ambos sexos luego de que Ding Liren ocupara en 2023 el cetro planetario, la República Popular China se ha consolidado como una de las mayores potencias de los trebejos. Multimedallistas doradas en las Olimpiadas Mundiales de Ajedrez y dueñas exclusivas del vigente Top 4 del ranking universal femenino —en el que se incluyen la campeona mundial Ju Wenjun y Tan Zhongyi, flamante ganadora del Torneo de Candidatos—, las jugadoras chinas están llamadas a dominar el panorama competitivo contemporáneo.

Más allá de la notable paridad deportiva que ha alcanzado el ajedrez femenino en décadas recientes, Jaque perpetuo expondrá otros ámbitos del universo ajedrecístico en donde las mujeres han clamado —y obtenido— valiosos precedentes en términos de equidad genérica y justicia competitiva.

Así como la poderosa Dama que extiende sus certeros movimientos a lo largo y ancho del tablero, las herederas de Susan y Judith Polgar, Maia Chiburdanidze y Nona Gaprindashvili, continúan derribando las barreras que la inercia y el machismo trataron de perpetuar a escala planetaria.

La potencia de las piezas (¿Menores?)

Una de las decisiones más aclamadas por la comunidad ajedrecística en años recientes fue la designación en 2021 de la Gran Maestra letona Dana Reiznice-Ozala como directora general de la FIDE. La trebejista coterránea del campeón Mijail Tal —famosa luego de propinarle una sonada derrota a Hou Yifan durante la Olimpiada Mundial Bakú 2016—, había ocupado en períodos sucesivos entre 2014 y 2019 las carteras de economía y de finanzas de su nación natal. Artífice de los proyectos Chess for Freedom (Ajedrez por la Libertad) , y Ajedrez en las Escuelas, la Reiznice-Ozala ha contribuido a insuflar aires renovadores al máximo ente del ajedrez planetario.

El propio año de la entronización de Dana Reiznice-Ozala, el 92do. Congreso de la FIDE aprobó que 2022 se designara como el Año de la Mujer Ajedrecista. Más allá del festejo puntual y el agasajo oportuno, se confió a la Comisión de Mujeres de la FIDE —encabezada por la Gran Maestra checa Eva Repková— incentivar la incorporación plena de las féminas en los ámbitos decisores, educativos y competitivos del máximo nivel del juego ciencia. 

El objetivo principal de esa campaña era contribuir al empoderamiento pleno del sujeto femenino en los ámbitos deportivo, intelectual y profesional. Esa ambición —asumida como propia por otras comisiones internacionales como ONU Mujeres—, pretendía superar cualquier acción estrictamente igualitaria, para propiciar cambios radicales en la existencia de las féminas en términos de calidad de vida, bienestar familiar, liderazgo comunitario y prosperidad material.

A lo largo de 2022 la FIDE auspició múltiples acciones públicas y competitivas para exaltar la práctica del ajedrez femenino, como el circuito competitivo Festival de las Reinas —que involucró a decenas de federaciones y centenares de participantes—; la organización de Foros de intercambio global donde se promovieron las buenas prácticas de los trebejos en aras de la equidad deportiva; y la conformación en el ámbito del 55mo. Capablanca in Memoriam de un grupo competitivo integrado por Grandes Maestras.

Durante la 44ta. Olimpiada Mundial de Ajedrez Chennai 2022, a manera de colofón fueron agasajadas figuras imprescindibles en el despunte de los trebejos femeninos durante las últimas décadas: la Gran Maestra (WGM) y jugadora profesional de póker Jennifer Shahade, por ser un referente de liderazgo y competitividad dentro de la Federación Estadounidense de Ajedrez; la Árbitro Internacional nacida en Belarús Anastasia Sorokina, por haber impartido justicia en grandes eventos ajedrecísticos de importancia planetaria; la notable jugadora, árbitro y entrenadora Shadi Paridar, por convertirse en uno de los grandes referentes del ajedrez indio; la WGM ucraniana Anastasiya Karlovitch, autora de reportajes fotográficos destinados a las principales publicaciones del juego ciencia; la Gran Maestro sin distinción de sexo Victorija Cmilyte, electa en 2020 para encabezar el Parlamento unicameral lituano; y la Maestra de la FIDE rusa Svetlana Gerasimova, quien ha ocupado altas responsabilidades en la Asociación Internacional de Ajedrez para Discapacitados. 

En este ámbito de agasajo fueron reconocidas las federaciones nacionales con mayor presencia de jugadoras federadas dentro del total de ajedrecistas inscritos en competencias oficiales: Vietnam, Mongolia, Mozambique y la República de Georgia. Estos resultados ponen en evidencia cómo incide favorablemente la instrucción prematura del ajedrez en un medio social inclusivo y consecuente con la paridad genérica.

Un asalto coordinado

Durante un año que comenzó con la dulce noticia de la exaltación de Susan Polgar junto a su coterráneo Lajos Portisch y el danés Bent Larsen al Salón de la Fama del Ajedrez Mundial —emulando el hito de su hermana Judith—, los meses transcurridos de 2024 han sido particularmente pródigos para los trebejos femeninos. Lejos de la suspicacia que provocara la presencia de Vera Menchik al lado de los colosos de su momento, como Capablanca, Alexander Alekhine y Max Euwe, las competencias mixtas son cada vez más viables y anheladas por la comunidad ajedrecística.

Varios torneos del vigente calendario anual competitivo prestigiaron sus nóminas con la presencia de notables exponentes del ajedrez femenino: el Tata Steel Masters contó por primera vez con la presencia simultánea de los campeones mundiales Ding Liren y Ju Wenjun; el Jeddah Chess Festival en Emiratos Árabes Unidos convocó a los más promisorios prodigios de las 64 casillas, incluyendo a Faustino Oro, el Maestro Internacional más joven de la historia, y a la WGM Candela Francisco, la campeona mundial juvenil de 2023; y el equipo Chartres Échecs, flamante ganador del campeonato francés de clubes, sumó entre sus integrantes a la Gran Maestra Deimante Daulyte-Cornette.

En términos de visibilidad mediática y patrocinios, las competencias femeninas también han alcanzado en el año presente una inusitada paridad con respecto a las décadas precedentes. En ese sentido el Torneo de Candidatos Toronto 2024 marcó un precedente en la historia de los trebejos, al confluir por primera vez sendos torneos femenino y masculino para determinar los retadores a la corona mundial en ambos sexos. Sorpresivamente dos hermanos provenientes de la India, Praggnanandha y Vaishali Rameshbabu, clasificaron a Toronto en sus respectivos ciclos eliminatorios, y fue la segunda la que alcanzó un resultado más impactante al encadenar victorias en las últimas cinco rondas y completar el performance requerido para convertirse en la ajedrecista número 42 de la historia en merecer el título de Gran Maestro «absoluto».                

Si bien la reciente edición del Norway Chess 2024 concibió la conformación de dos grupos, femenino y masculino —donde se incluyeron los campeones mundiales en ambos sexos y el número 1 del ranking de la FIDE Magnus Carlsen—, con formatos equivalentes y dotaciones materiales idénticas; resta mucho por bregar en términos organizativos, presupuestarios y promocionales para colocar el ajedrez practicado por mujeres en el plano protagónico que merece.

Así como la aparición de la Dama, convertida en la pieza potente por excelencia del tablero, fue la transformación más radical admitida por las reglas ajedrecísticas en los últimos cinco siglos; las reinas de los trebejos continuarán conquistando a base de resiliencia, madurez sicológica y profundidad estratégica el lugar que merecen en la escena competitiva presente. 

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