El equipo masculino va con la mira en el podio. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 13/11/2021 | 11:06 pm
Si alguien en la delegación cubana que competirá en los Juegos Panamericanos Junior de Cali anda seguro de que irá a por todas por la medalla de oro, ese es el matancero Luis Enrique Reyes Rodríguez.
Aunque a simple vista parece desatino, por aquello de que la confianza siempre será buen escondite del peligro, el optimismo del miembro más experimentado de la dupla masculina antillana del voleibol de playa se escuda en los dos años que compitió, al más alto nivel, al lado de una figura tan avezada sobre la arena como lo fue Sergio González.
A su vera, Reyes Rodríguez participó en unos Juegos Panamericanos, un campeonato del orbe, dos paradas del circuito mundial y varios torneos de Norceca, con preseas de oro incluidas en estos eventos del área.
Con la celebración de los primeros juegos regionales para jóvenes, el muchacho de 22 años de edad asume las riendas del binomio, puesto que su compañero, el artemiseño Noslen Díaz, aun cuando le sobra ímpetu frente a la net, carece de experiencia competitiva, pues el clasificatorio a Cali, donde se obtuvo el título contra México, fue su primer certamen internacional.
«Mi compañero ha sabido adaptarse muy bien a entrenamientos tan fuertes como los que tenemos aquí. Su ventaja es que además de ser un atleta muy joven, sus dos metros de estatura nos beneficia como equipo», comentó a Juventud Rebelde el voleibolista yumurino.
«Aunque la preparación ha sido bastante corta, hemos apelado al estudio de videos del resto de los equipos participantes, los que están en el grupo nuestro y los que no, y eso nos ha servido de apoyo para motivarnos.
«Sin lugar a dudas todo lo que logré aprender al lado de Sergio pienso aplicarlo en la competencia y desde ya le estoy transmitiendo esos saberes a mi compañero. Por fortuna, el calendario competitivo nos favorece, porque nos va a permitir poder asegurar triunfos ante Bolivia y Costa Rica, para luego enfrentar a Brasil. ¿Aspiraciones? Lo alto del podio, por supuesto», dijo Luis Enrique sin que se avizorara en su rostro algún vestigio de dudas.
Ante la seguridad de su pupilo, el entrenador del binomio masculino Juan Walfrido Salas, quien comparte tareas con el también preparador Francisco Álvarez, se muestra de acuerdo, pues afirma que los chicos están estimulados, con muy buena autoestima y mostrando una química que tranquiliza y que, obviamente, hace pensar en medallas.
«Los muchachos se encuentran en estos momentos en la etapa especial de los entrenamientos, es decir, puliendo las deficiencias que tenemos. En el caso de Noslen tiene dificultad en la colocación y por eso hemos estado haciendo con él trabajo extra, fuera de la cancha, para mejorar este elemento.
«Con Luis Enrique el tratamiento es otro porque pasó a una nueva especialidad: de defensor a bloqueador; una posición difícil si tenemos en cuenta que para este deporte él es un jugador de estatura baja, pero tiene potencia en el salto y domina la técnica. No obstante, hay que seguir trabajando en la ubicación. ¿Fortalezas? El saque y el ataque», destacó el técnico santiaguero.
En la arena con ellas
Del otro lado de la cancha de la Escuela Nacional de Voleibol de La Habana, precisamente dos capitalinas se enfrascan en una jornada más de práctica, también respondiendo a la etapa especial de preparación.
Sus nombres: Lázara Teresa Madan Rosales, de 21 años y, Dayani Zerquera Morera, de 22. Para ambas, el reto está en lucir mejor que en el torneo clasificatorio a la cita continental de la urbe colombiana, justa acogida por México y donde alcanzaron el cuarto puesto.
«Aquella, siendo sincera, fue una competencia que no tuvo un nivel alto, sin embargo, el resultado no fue el que esperábamos. Pienso que pudo ser mejor, pero creo que nos acomodamos un poco y nos conformamos, porque ya nos sabíamos clasificadas, que era el objetivo que perseguíamos. Ahora estamos claras de que en Cali no será así, porque el nivel en el área sudamericana es mayor», asegura Zerquera Morera.
«¿Deficiencias? El pase y el ataque, pero nos estamos centrando en mejorarlos cada día», puntualizó la muchacha.
«Después del clasificatorio hicimos un análisis de los videos, tras lo cual los aspectos fundamentales que trabajamos son la ofensiva y el servicio, porque estamos muy por debajo en estos elementos. No obstante, hay que aclarar que ellas han ido mejorando con la práctica sistemática y aspiramos a que en la competencia estén al nivel que esperamos», expuso Osvaldo Abreu, entrenador del dúo femenino.
Según nos cuenta el especialista, como parte de la preparación previa al certamen juvenil se tenía previsto realizar una base de entrenamiento con República Dominicana, pero a causa de la pandemia las quisqueyanas no pudieron viajar a Cuba.
A pesar de la situación sanitaria por la cual ha transitado la mayoría de las disciplinas cubanas convocadas a Cali, el voleibol de playa en lo que a las damas se refiere, piensa recuperarse de ese golpe y la incorporación a los entrenamientos de estas noveles muchachas de nuestra dupla olímpica integrada por Leila Martínez y Lidianni Hechevarría será sin duda una inyección sanadora.
«Soy de los que piensa que el nivel de esta competencia no está tan elevado. Nuestro principal problema es la falta de juego, pues los equipos contrarios juegan más que nosotros y ahí radica la diferencia. En cuanto a nivel estamos parejos. ¿Sorpresas? Puede haberlas, pero lo principal es foguearlas, evaluarlas, porque como la totalidad de los deportes que asistirán al evento, nosotros también estamos pensando en París 2018», alegó Osvaldo Abreu.