Aunque llegó a Río de Janeiro como uno de los aspirantes a medallas, Rafael Alba no logró pasar este sábado de los cuartos de final. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:36 pm
RÍO DE JANEIRO.— Los dos títulos conseguidos por el boxeo en su despedida pusieron a la delegación cubana a uno de superar la cosecha dorada de Londres 2012, y de inmediato todas las esperanzas se depositaron sobre el talento del taekwondoca Rafael Alba, quien llegó hasta aquí como uno de los hombres fuertes de la división de +80 kilogramos.
Sin embargo, después de vencer sin contratiempos en su debut al tunecino Yalsine Trabelsi por 13-4, se complicó en su siguiente presentación frente a Dmitry Shokin, nacido en Uzbekistán y titular mundial de la división de +87 kilos y líder del ranking mundial.
A pesar de la alcurnia de su oponente, Alba logró llegar al último minuto del combate con ventaja mínima gracias a las dos penalizaciones del uzbeko, pero este logró equilibrar la balanza y forzar el tiempo extra.
En el alargue ninguno de los dos logró marcar la diferencia, y los jueces valoraron la iniciativa mantenida por el asiático durante ese período para otorgarle la victoria por superioridad, lo que le abrió las puertas a la siguiente fase.
Desafortunadamente, Shokin cedió claramente en su siguiente incursión ante el nigeriano Abdoulrazak Issoufo, y ahí mismo se desvanecieron todas las posibilidades del cubano de, al menos, llegar a lo más bajo del podio.
Su salida no significa que el tropiezo del santiaguero nos haya impedido avanzar hasta donde esperábamos en el medallero —muchas otras oportunidades fueron dilapidadas—, pero lo cierto es que, atendiendo a su enorme historial, muchos esperábamos una patada salvadora.