Bruzón recobra poco a poco la confianza. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:08 pm
Dicen que antes de correr se debe gatear. Cierto. Pero en la vida no siempre podemos actuar exactamente como dictan las reglas y en ocasiones es preciso pisar el acelerador, aun con el riesgo de sufrir un accidente. El Memorial Karpov de ajedrez, celebrado en la ciudad rusa de Poikovsky, es para el cubano Lázaro Bruzón (2717 puntos Elo) como una primera vez, ese romance inicial que nos hace sentir mariposas en el estómago, al punto de tantear cada metro del suelo antes de dar un paso seguro.
La igualada de este viernes frente al local Dmitry Jakovenko (2732) -líder de la competición- sirvió para acrecentar la confianza del antillano, quien debe poner la quinta velocidad si pretende sumar y no soltar puntos de su Elo.
Como todos saben, el torneo del gigante euroasiático es uno de los más fuertes que ha pisado nuestro representante. En este preciso momento solo recuerdo una lid de mayor envergadura con la presencia de Bruzón: el Corus de Wijk aan Zee en 2005 (2720 de Elo promedio).
Los números del evento ruso redondean 2703 de acumulado según la actualización del ranking de la FIDE, y ya en esos mares es bien difícil nadar sin tragar un buche de agua. Quizás por ello notemos algo errático e inseguro al tunero, y es lógico, pero poco a poco ha ido recobrando el aplomo y el temple.
El muchachón pierde 5,4 kilos en siete presentaciones, debido a erráticos movimientos que le llevaron a desperdiciar un par de cotejos en fechas precedentes. Sin embargo, según varios sistemas de análisis informáticos, su más reciente partida la finiquitó con mucho equilibrio, sin grosos errores y con un tino envidiable.
Al parecer entendió que aunque se rebose lucidez no siempre es posible ganar, pues en el juego ciencia la balanza siempre está equilibrada hasta que algún contendiente mete la pata. Precisamente esa es la clave: no equivocarse, pues ante monstruos consagrados no resulta aconsejable andar inventado y sacrificando material, guiado solamente por el instinto. Veremos si al fin suelta los pañales y le coge el ritmo a las competiciones de alcurnia.
La séptima jornada de la justa vio como el caribeño manejaba figuras claras frente a un hombre que ahora mismo posee un coeficiente en vivo tan bestial como su forma deportiva: 2744. Bastaron 39 lances de una Defensa Eslava para reconocer que la película había acabado, sin sangre en el rodaje ni final feliz.
El anfitrión Alexander Motylev (2655) fue el más satisfecho en la antepenúltima ronda, harto y rechoncho a causa del atracón que supuso merendarse a su compatriota Sergei Rublevsky (2693).
Mientras, el polaco Radoslaw Wojtaszek (2733) y el inglés Nigel Short (2707) acordaron el armisticio, al igual que el chino Yue Wang (2695) y el moldavo Viktor Bologan (2695).
También firmaron la paz Ruslan Ponomariov (2735), de Ucrania, ante el estadounidense Alexander Onischuk (2677).
La tabla de posiciones sigue comandada por Jakovenko, dueño de cinco rayas, con Ponomariov, Wojtaszek y Motylev pisándole la sombra (4). A continuación marchan Bologan (3,5). Rublevsky, Bruzón, Wang y Onischuk amasan tres puntos, y Short sigue sin luz en el sótano (2,5).
Los enfrentamientos de la jornada sabatina serán los siguientes: Jakovenko-Wojtaszek, Onischuk-Bruzón, Short-Wang, Motylev-Ponomariov y Rublevsky-Bologan.
Nada, ya veremos como sale el cubano de su romance con esta lid tan fuerte y cuánto tiempo logra mantenerse en el selecto club de los 2700.
Bruzón-Jakovenko:
1. d4 d5 2. c4 c6 3. Cc3 Cf6 4. cxd5 cxd5 5. Af4 Cc6 6. e3 a6 7. Ad3 Ag4 8. Cge2 e6 9. Tc1 Ad6 10. f3 Ah5 11. O-O Ag6 12. Ca4 Axd3 13. Dxd3 Axf4 14. Cxf4 O-O 15. Cc5 De7 16. Dd2 Tfd8 17. Cfd3 e5 18. dxe5 Cxe5 19. Cxe5 Dxe5 20. Tfd1 Te8 21. Tc3 Tac8 22. Tdc1 De7 23. Cb3 Txc3 24. Txc3 h5 25. Cd4 De5 26. Df2 g6 27. Dg3 Dxg3 28. hxg3 Rf8 29. Rf2 Te7 30. Tc8+ Te8 31. Tc5 Td8 32. Re2 Re7 33. Tc7+ Td7 34. Tc8 Td8 35. Tc3 Rd6 36. Tb3 Rc7 37. Tc3+ Rd6 38. Tb3 Rc7 39. Tc3+ (½-½)