Con muchas mañas, la australiana Lauren Jackson (a la ofensiva) fue la jugadora más efectiva del campeonato. Foto: AP Con el mismo juego sólido y pragmático que la condujo a la final, Australia venció este sábado a Rusia 91-74 y ganó de forma invicta (9-0) el campeonato mundial de baloncesto femenino que tuvo por sede a Brasil.
Así, luego de quedar terceras en las dos ediciones anteriores (Alemania ’98 y China 2002), las «canguras» australianas se inscribieron junto a Estados Unidos (siete títulos), la desaparecida Unión Soviética (6) y Brasil (1), como las únicas selecciones que se han coronado desde 1955.
En contraste, las rusas suman su tercer subtítulo en línea y se quedaron con la miel en los labios después de eliminar en semifinales al súper favorito equipo de Estados Unidos, al cual le rompieron una racha de 50 partidos sin perder en campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos, que se remontaba a 1994.
Mas a las norteñas les quedó el consuelo de la medalla de bronce, pues se despidieron con un categórico triunfo sobre Brasil 99-59. Después se ubicaron Francia (5), Lituania (6), República Checa (7), España (8), Argentina (9), Canadá (10), Cuba (11, nuestra peor actuación de los últimos tiempos), China (12), Corea del Sur (13), Taipei de China (14), Senegal (15) y Nigeria (16).
En cuanto a las atletas más destacadas, dos australianas acapararon los mayores elogios: Penélope Taylor y Lauren Jackson. La primera fue elegida como la mejor jugadora del torneo por un jurado integrado por periodistas y jueces, en tanto la segunda fue la más efectiva del campeonato, con una media de 22 puntos por partido. Mientras, la argentina Gisella Vega se llevó las palmas en los rebotes, con un promedio de 9,12 por encuentro.