El inventor sudcoreano Eunchan Park, quien parece negar la idea de que los científicos no empinan el codo, inventó un robot que acompaña en la barra. Mientras tomaba soju (bebida tradicional en su país) a solas, Park sirvió una segunda copa y la colocó al frente, como si celebrara con un compadre. Al sentirse mejor, hizo los cálculos y creó un acompañante robótico que tintinea el vaso, bebe a lo «macho», de un solo trago, y sube el pulgar en señal de euforia. ¿Cómo se llama este compinche de juerga? Drinky.