Se llamaba Ladyzunga Cyborg y decidió cambiarse el nombre. Era de esperar. Lo que no era de esperarse era que esta colombiana, profesora «sin más señas», decidiera nombrarse en adelante Abcdefg Hijklmn Opqrst Uvwxyz. Simplemente quería, según dijo, que la gente no supiera quién es. Pues tiene todo para conseguirlo, pero es muy probable que los alumnos, que no perdonan, digan un día: «Nos toca la clase con Doña Abecedario».