Para no creerlo, pero es verdad. Un empleado del banco BBVA, de Bucaramanga, dicen que por error, depositó en la basura una bolsa con 34 millones de pesos, que la Empresa de Aseo de Bucaramanga recogió, pasó al compactador y lo llevó al depósito sanitario del Carrasco, donde acompañó a 3 000 toneladas de basura. El banco reportó la pérdida dos días después y hace ya una semana que se busca la plata por una recompensa de cinco millones. Y ahí no termina el caso, pues Carlos un comerciante de cerveza en un barrio de esa ciudad colombiana guardó también su dinero —700 000 pesos— ¡en un contenedor de basura!, porque lo creyó seguro. Media hora después llegó el camión recolector. El epíteto va por usted, yo voy a intentar reclamar la herencia del basurero Carrasco, ¿no creen?