Algunos japoneses se han escandalizado ante los 80 dólares como mínimo que cuesta un café en el bar Soineya, en el centro de Tokio, pero cuando el dependiente les explica el servicio, la mayoría se alegra. Además de la infusión, los clientes pueden elegir entre una decena de hermosas jóvenes para dormir 40 minutos de siesta, aunque sin sexo. Los precios van escalando a partir de los 80 dólares en dependencia de la amplia gama de servicios ofertados, que van desde tan solo dormir en brazos de la señorita, recibir mimos en la espalda, hasta masajes en los pies.