DoodyCalls, una pequeña compañía norteamericana es la prueba de que donde haya una necesidad y algo que alguien no quiera hacer, puede surgir un buen negocio. Consciente de que a nadie le gusta recoger los desechos de sus perros, esta empresa permite a los clientes, previo pago, no tener que preocuparse por esa tarea. Con 11 años de vida, DoodyCalls factura 4,5 millones de dólares anuales y tiene presencia en 22 estados con 55 franquicias.