Ray Cruz junto a Claudia Zaldívar. Autor: Cortesía de los entrevistados Publicado: 26/08/2023 | 09:34 pm
Desde el 12 de agosto la sala Adolfo Llauradó se viste de gala los viernes, sábados y domingos a las cinco de la tarde para darle vida a Fátima. No importa el calor, sentarse en el piso del teatro, o tener que estar de pie, nada de eso importa cuando se trata de verla en el escenario. Fátima y el Parque de la Fraternidad es una historia de Miguel Barnet que fue llevada al cine y estrenada en 2015, bajo la dirección de Jorge Perugorría. Pero esta vez nos llega una nueva versión dramatúrgica con enfoques y miradas diferentes que se dirigen a su público, y a propósito de conocer más sobre estas nuevas perspectivas, JR conversa con sus directores Claudia Zaldívar y Ray Cruz, quien es también el protagonista de esta versión.
El reconocido actor ha conquistado a su público a través de sus numerosas apariciones en televisión. Recordemos su debut en la serie Adrenalina 360, y a partir de ahí vimos su evolución en Latidos compartidos, Entrega, Tan lejos y tan cerca, Al habla con los muertos y en la actual novela cubana que se está transmitiendo, El derecho de soñar. También ha formado parte del elenco en filmes como José Martí, el ojo del canario; Madrigal e Inocencia; y se ha destacado como conductor en los programas televisivos Súmate a mi show, Canción contigo y Pensando en 3D. Pero la verdadera pasión de Ray Cruz se encuentra sobre las tablas, donde también ha sabido ganarse nuestros corazones desde sus inicios como parte del grupo Mefisto Teatro, participando en obras como Huevos, Chicago, Plácido, Los siete contra Tebas, solo por mencionar algunas.
Constante dominación y aprendizaje
—¿Qué sentimientos tiene sobre el escenario cada vez que encarna a Fátima?
—Siempre he dicho que Fátima es un volcán en erupción y con ella puede suceder cualquier cosa. Cuando estoy sobre el escenario siento que puede dominarme totalmente; sobre todo cuando estoy a punto de comenzar el espectáculo y debo interactuar con el público, me pregunto cómo voy a hacerlo si soy muy tímido y reservado a veces; pero de pronto me domina tanto que todo lo que sucede es dirigido y hecho directamente por ella. Cualquier reacción que tenga en el escenario no tiene nada que ver conmigo, muchísimas de las escenas no las haría yo jamás, ella me domina todo el tiempo.
—¿Siente que con cada función que pasa la conformación del personaje va evolucionando?
—Fátima siempre está evolucionando, pero, más que conmigo, también con el público. Cada día la gente repite la obra y se vuelve más exigente, y a esas exigencias Fátima responde de la manera en que ella suele hacerlo. Las palabras finales de la obra no son en vano «Fátima no se rinde, Fátima es inmortal». El público aplaude en medio de las escenas, lo cual no es frecuente. Eso da totalmente una evolución del personaje y estoy más que feliz con eso.
«Cuando estoy sobre el escenario siento que el personaje puede dominarme totalmente», refiere Ray. Foto: Joel Hernández Marín
—¿Qué aprendizaje te llevas de Fátima?
—Aún estoy como una esponja y quiero todos los días aprender algo. Hay que ser buen ser humano, lo demás creo que es totalmente secundario y hay que respetar en todo el sentido de la palabra; respeto a las personas, a la nacionalidad que tenemos. Me duele mucho que la gente se vaya de Cuba, quedarme sin amigos y familiares en un país tan maravilloso como este. Por eso estoy todos los días aprendiendo de Fátima, porque ella no pierde la esperanza. Todo está pensado en la puesta, la vela que se enciende al final no está entera, ese pedacito que queda es su poquito de fe, su esperanza de que todo va a mejorar.
—¿En qué momento de su vida y experiencia como actor llegó este personaje?
—Fátima llegó a mí y desde ese momento me enamoré perdidamente, casi no podía leer la obra completa porque me emocionaba muchísimo y comprendí que era un personaje que podría hacer toda mi vida. Por eso ahora mismo estoy totalmente centrado en ella, al menos este año quiero dedicarle mucha energía a esto y creo que está funcionando. Este personaje llegó en un momento en el que yo necesitaba hacer teatro porque es la realidad y es el medio que más me gusta. Regresé al teatro y las cosas están saliendo bien, gracias a la gente que está haciendo muy visible Fátima…, de todas las provincias me escriben y nos piden que lleguemos hasta allá. Mi propósito ahora mismo es terminar la temporada en la Llauradó y darle la vuelta a Cuba con Fátima… Realmente estoy muy feliz con lo que está pasando.
De la ilusión a la realidad
Claudia Zaldívar, quien es además la esposa de Ray Cruz, debuta como directora teatral con esta nueva versión de Fátima y el Parque de la Fraternidad. A pesar del poco tiempo que han tenido para la preparación de la obra, han sabido acoplar sus talentos y han logrado traer hasta el escenario una puesta totalmente diferente.
—¿Qué nos puede relatar sobre la preparación para interpretar este personaje?
—La preparación de la vida es la mejor que se puede experimentar para llevar a cabo cualquier personaje. Ray estuvo como presentador en varios sitios donde se hacen shows de transformistas y yo no solo iba como compañera de él, sino más bien como esponja, nutriéndome todo el tiempo del aire que se respiraba dentro y fuera de camerinos, cómo se armaban, se ponían sus uñas; y así poco a poco hasta lograr una transformación ciertamente impresionante. Me sentía como niña. Era todo muy novedoso e interesante porque forma parte de la vida: existe, está ahí y pocos pueden llegar a valorar tanto esfuerzo. De ahí aprendí mucho para poder encaminar y humanizar a nuestra Fátima, cómo construirla por fuera y por dentro.
—¿Qué expectativas tenía con este personaje? ¿Cree que Ray Cruz como actor las está cumpliendo?
—Mis expectativas son llevar al espectador a la reflexión, llegar al corazón, mente y vida de cada persona que se acerque a Fátima, que entiendan que la vida puede ser dura, con problemas, pero, a decir verdad, hay quienes tienen esos mismos problemas sumados a que el cuerpo y la mente no los acompañan en su aceptación, que existe una sociedad que discrimina a quien entiende que ser feliz no va de seguir la línea perfecta que traza una regla, porque la vida no es un molde, la educación que nos imponen es la que nos exige ser de un modo que nos lleva a la infelicidad o a hacer infelices a otros.
«Ray Cruz, sin duda, cumple todas mis expectativas como actor y ser humano, no imagino mis manos transformando a otra Fátima. Es un personaje que le da voz a miles de Fátimas en el mundo y él es idóneo para llevar a los espectadores ese mensaje».
—¿Qué valores o enseñanzas cree que está dejando Fátima en su público?
—Es muy interesante porque cada función nos enseña y vemos que cada persona es un universo, pero al final, como nuestra Fátima, somos seres humanos. Me encanta ver cómo casi todas las personas salen con lágrimas en los ojos, con un nudo en la garganta, que hombres con pensamientos machistas no puedan resistirse al sentir de otro ser humano. Va de eso, de recordarnos al menos por una hora que tenemos sentimientos y que debemos respetar a quienes muchas veces hemos juzgado. Quise también incluirle un toque de historia a nuestra puesta y es muy satisfactorio escuchar a varias personas decir: «No conocía la historia del parque y de la ceiba...». Y es un placer muy grande que, además de sensibilizar corazones, demos un poquito de saber sobre una parte importante de nuestra capital. «Cuánta historia para hacer un parque tan inmenso» y muchos no la conocen. Pues nosotros queríamos regalarle eso también al público.