Eddie Redmayne en La chica danesa. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:25 pm
Intensas en sus peripecias, combates y persecuciones, insaciables en su búsqueda de trascendencia, reflexivas meditaciones sobre la condición humana amenazada por el aislamiento o la barbarie, las tres películas con mayor número de candidaturas a la edición número 87 del premio Oscar, que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, han sido The Revenant, o El renacido, del mexicano Alejandro González Iñárritu (12 nominaciones), Mad Max: Fury Road, de George Miller (10) y The Martian o Misión rescate, de Ridley Scott (7).
La primera del trío parece, a simple vista, pausada reconstrucción de época establecida en torno al relato de una venganza en los primeros tiempos del país que luego se llamará Estados Unidos; la segunda es como un trepidante y violento juego de video ambientado en el futuro remoto, y la más apacible e incluso optimista, a ratos, incursiona en el cine de aventuras, se ambienta en el tiempo de las excursiones humanas al planeta Marte, y presenta la versión interestelar de situaciones típicas del género, como la permanencia del héroe en terreno hostil y su posible rescate por parte de sus amigos solidarios.
Ganadora de varios de los principales Globos de Oro en la más reciente entrega de este galardón que otorga la prensa extranjera acreditada en Estados Unidos, e incluida en cuantas nominaciones tiene en cuenta lo mejor del cine americano de 2015, The Revenant significa el reiterado triunfo mundial de González Iñárritu (Amores perros, Babel) luego de que el mexicano fuera coronado hace solo 12 meses, cuando Birdman fue reconocida como la mejor película de 2014. Ahora, este cineasta y su equipo de colaboradores más o menos fijos, repiten increíblemente la hazaña, y obtienen los favores de Hollywood, donde muy poco aciertan a pronunciar correctamente sus apellidos.
Inspirada en una historia real, The Revenant ha sobresalido no solo entre las nueve mejores del año, sino también en los acápites de dirección, fotografía, edición, diseño de producción, sonido y mezcla sonora, efectos visuales, maquillaje, vestuario y actor protagónico y secundario (Leonardo DiCaprio y Tom Hardy).
The Revenant significa el reiterado triunfo mundial de González Iñárritu.
Y tan tremendo aplauso se explica cuando el espectador accede a esta historia de supervivencia en un medio gélido y agreste, más que adverso, imposible. En paralelo, se desarrolla el suspenso en torno a la sombría venganza de un padre cuyo hijo fue asesinado brutalmente. González Iñárritu presenta un mural grandioso de paisajes nevados, que contrastan dramáticamente con la bestialidad y la rapiña enseñoreadas sobre un espacio geográfico que, mucho más tarde, será convertido en mito por el cine en tanto lejano oeste, heroico y legendario.
En una escala de superproducción futurista y de acción incesante, Mad Max le da continuidad a la saga que hizo famoso a Mel Gibson a finales de los años 70, está dirigida por el australiano George Miller y presenta a Tom Hardy (el malvado de The Revenant) en el papel del Guerrero Loco. Mugrienta y pelona, Charlize Theron le roba el show al actor británico conocido por películas como Bronson, Star Trek: némesis e Inception, en esta especie de alucinación polvorienta y feroz, que apenas deja respirar al espectador en su escalada de apocalíptica violencia, escenificada para deleite visual de una generación sedienta de espectacularidad.
Mad Max: Fury Road, de George Miller.
Tampoco se trata de una tontería estruendosa en la línea de Rápido y violento. Mad Max muestra todo un sustrato pretendidamente ecologista y filosófico sobre un futuro sumido en la saqueo y el conflicto, debidos a la carencia de agua y de combustibles. Sin embargo, el pesimismo impostado solo pretende justificar las mil atrocidades mostradas con un espíritu evidentemente ligero y juguetón, en una estética muy MTV para escenificar las dos grandes escenas de persecución, puro estruendo y furia malentendidos como sustancia dramática.
De todos modos, Hollywood siempre congratula la grandiosidad más o menos vacua, y el filme fue nominado al Oscar como mejor película y director, edición y mezcla de sonido, fotografía, diseño de producción, efectos visuales, edición, maquillaje y vestuario.
También en el futuro se ambienta The Martian, distribuida en español como Misión rescate, y que comienza con la excursión científica a Marte, donde se ve abandonado uno de los astronautas. El resto del extenso metraje se concentra, como buena película de aventuras, en los modos en que el héroe logra sobrevivir en un lugar totalmente inhóspito, al tiempo que se reflejan los esfuerzos de sus compañeros por rescatarlo. Por supuesto, que los principales recursos de la narración se emplean en exaltar el heroísmo, las peripecias y el suspenso respecto al cumplimiento de dicha misión, pero el filme triunfa en tanto propone, también, un ensayo apenas solemne, y a veces humorístico, sobre cierto espíritu de supervivencia que germina en los seres humanos en situaciones límite y casos de extrema gravedad.
Misión rescate se distingue de otros largometrajes similares, como Gravity, porque el guión y el actor principal (Matt Damon desplegando un sentido del humor inusitado) allanan con verismo y simpatía las gigantescas dificultades enfrentadas por este Robinson Crusoe de la era interestelar. Entonces, la aridez y desolación del paisaje marciano —excelentemente recreados en términos visuales y «anímicos»—, se convierten en estímulo para la imaginación y la inteligencia de este náufrago, perdido en el espacio, que jamás extravía el espíritu hemingüeyano respecto a no dejarse vencer por lo adverso de las circunstancias.
The Martian o Misión rescate, de Ridley Scott.
Y el espectador agradece el optimismo de Misión rescate, y sobre todo disfruta la capacidad del británico Ridley Scott para presentarnos una fábula inteligente, entretenida, y hasta risueña, que en el fondo promueve el imperativo humano de llegar más allá, y exalta la fascinación por el descubrimiento científico y tecnológico capaz de mover más lejos los límites del conocimiento, y de conquistar los paisajes más distantes e ignotos. Y se agradece tal certidumbre, habida cuenta de la cantidad de sombríos pronósticos aportados por cineastas como el mismo Ridley Scott en las clásicas Alien y Blade Runner. Su más reciente filme está nominado al Oscar en los renglones de mejor producción, actor protagónico, guión adaptado, diseño de producción, efectos visuales, sonido y mezcla de sonido.
La lista de los elegidos entre los largos más importantes del año incluye también Carol (Todd Haynes), El puente de los espías (Steven Spielberg), La gran apuesta (Adam McKay),Brooklyn (John Crowley), La habitación (Lenny Abrahamson) y Spotlight (Tom McCarthy). Fuera de las principales candidaturas quedó la inmensamente popular Star Wars: El despertar de la fuerza, relegada como los anteriores títulos de la inacabable saga, a categorías técnicas.
Este año se repite también la tendencia a nominar actores y actrices, protagónicos y secundarios, haciendo biografías de personajes reales. Bryan Cranston (Trumbo), Michael Fassbender y Kate Winslet (Steve Jobs) además de Eddie Redmayne y Alicia Vikander con La chica danesa.
Aunque finalmente fue excluida de las postulaciones la película irlandesa Viva, rodada en Cuba y protagonizada por Héctor Medina, Luis Alberto García y Jorge Perugorría, el apartado de mejor película extranjera presenta fuerte competencia donde destacan la colombiana El abrazo de la serpiente, la francesa Mustang, la danesa Una guerra y la favorita y húngara El hijo de Saúl, filme que debe alzarse ganador el próximo 28 de febrero en una ceremonia que tendrá lugar en el teatro Dolby de Los Ángeles. Ojalá la Televisión Cubana se dé por enterada del asunto.