«Desde Chambao traemos música hecha con los sentidos, con el corazón y las raíces andaluzas», asegura a JR Lamari, voz y líder de la agrupación malagueña. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:48 pm
¿La World Music (música del mundo) es un concepto creíble o solo una fórmula que algunos intentan acuñar?, es una pregunta que siempre he querido hacer a quienes la enarbolan y con ello comprender mejor un fenómeno abarcador y diverso, que no intenta imponer patrones o estereotipos. Una buena manera de entenderlo puede ser en el lenguaje de Chambao, el grupo español que el próximo 16 de mayo actuará en el escenario del teatro Karl Marx, en La Habana, gracias a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de su país, y como parte de las actividades de la Feria Internacional Cubadisco 2014.
Lamari, voz y líder de la agrupación malagueña, confiesa a vuelta de correo electrónico, y en exclusiva para Juventud Rebelde, que prefiere no «pensar mucho en fórmulas y encasillamientos, aunque sé que sucede habitualmente. Más bien creo en la música en cualquiera de sus formas.
«Yéndonos a lo más básico en el mundo, hay muchas maneras de hacer música al igual que de cocinar, de vestir o de hablar, según donde estemos, pero en definitiva siempre se trata de comunicarnos, de expresar sentimientos, de latir... ¡Un pueblo late con su música y nosotros latimos al compás de la nuestra y con quien quiera apuntarse!», teclea la artista.
—¿Cómo pueden entender a Chambao los melómanos latinoamericanos?¿Qué nos trae su música?
—Desde Chambao traemos música hecha con los sentidos, con el corazón y las raíces andaluzas, sureñas, marineras. Música sin encorsetar, aunque se le haya conocido como «flamenco chill» desde sus inicios, a caballo entre lo orgánico y la electrónica, música para disfrutar y llevar hasta donde tú quieras...
—Interesante resulta ese Chambao viajero y experimental que se fue a la Patagonia argentina en 2009 para hacer un concierto muy especial y sin público, titulado Chambao, en el fin del mundo. ¿Qué querían decir desde allí?
—Esta fue una idea que nos hizo mucha ilusión: viajar a los confines de la Tierra, hasta donde el hielo llega a anular todos tus sentidos, pero no el acto de recordar que nos debemos a Ella, que tenemos que mimarla y cuidarla cada día. Para nosotros fue una experiencia muy gratificante y pudimos vivir un concierto muy especial, la verdad.
—En mayo de 2012, publican el CD Chambao. ¿Por qué no hacer un recuento de esta etapa?
—Chambao lleva ya más de diez años «viviendo», recorriendo un camino de despertar, crecer, madurar, y a lo largo de este tiempo se ha podido nutrir de muchas cosas que lo van haciendo ser él mismo. Ha vivido alguna etapa un poco más electrónica u otra más pop, pero no pierde su «esencia chambaera», como decimos en casa.
«Nos gustan los instrumentos mediterráneos, los sonidos de nuestra historia, los compases de nuestros antepasados... Y nos agrada mezclarlos con las influencias que nos llegan hasta dar forma a los temas, articularlos, darles vida propia».
—Doce años en la escena es mucho tiempo, o quizá no tanto, si tomamos como concepto el de Gardel. ¿Cuánto les queda por hacer?
—¡Uy!, muchas gracias por compararnos con Gardel, nuestro más sincero respeto y admiración. Ojalá sea mucho el tiempo que quede, y si no tanto, eso sí, que lo disfrutemos. Cada uno de nuestros encuentros con la música debe ser y es, hasta ahora, la mejor opción que queremos y tenemos para vivir. Es una gran suerte.
—Para algunos, es su majestad el mercado quien impone las reglas estéticas. ¿Y para ustedes...?
—Intentamos huir en cierta manera, aunque es una lucha diaria. En el contacto directo con la gente nace nuestra mejor forma de expresión. Es lo que más amamos, pero vivimos tiempos difíciles para tocar en tantos sitios del mundo adonde nos gustaría llegar.
«Somos partidarios de salir a tocar, a hacer lo que mejor se nos da y a recibir la energía de quien está enfrente: el público. Sin esas personas no estaríamos aquí, casi 12 años después, y eso es lo que en definitiva cuenta».
—¿Qué opinión tienen de la música cubana?
—Sentimos mucho respeto y admiración por su música. En nuestro disco Chambao pudimos contar con la colaboración del gran Chucho Valdés junto a Josemi Carmona y Carles Benavent. El álbum, de hecho, comienza con el tema Al aire, que para nosotros es un tesoro.
—En Cuba ya se les espera. El escenario, según han anunciado, lo compartirán con el cantautor Carlos Varela, muy conocido en la Isla. ¿Qué expectativas tienen de su presentación? ¿Vendrán otras actuaciones?
—¡Ojalá que sí, que volvamos un montón de veces! Estamos muy ilusionados con este concierto y con ir a La Habana. Hacía mucho tiempo que lo anhelábamos. Admiramos a muchos de sus músicos y sentimos la magia de la música cubana que nos envuelve. La posibilidad de tocar con Carlos Varela supone completar una aventura que empezó cuando colaboramos en un disco de Iván Lins. No coincidimos entonces, y será ahora cuando compartamos un escenario».
—¿Tienen pensado hacer algún proyecto con músicos de acá?
—De momento seguimos con la gira mundial de nuestro disco de celebración Diez años around the world, a la vez que escribimos cositas nuevas para seguir... ¿Músicos cubanos? ¡Todo se andará!
Más de Chambao
Fue en 2001 cuando Lamari (voz) y los primos Daniel Casañ (compositor y guitarra) y Eduardo Casañ (compositor y guitarra) compartieron escenarios por vez primera.
A su primer disco, Chambao flamenco chill, le siguieron los álbumes Endorfinas en la mente (2003), Pokito a poko (2005), Con otro aire (2007), Chambao, en el fin del mundo (2009) y Chambao (2012).
Han colaborado con figuras de la escena internacional como Enrique y Estrella Morente, Antonio Orozco, Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat, Cesárea Évora, Ricky Martín, Lila Downs, Totó la Momposina y Jarabe de Palo, entre otros.
Chambao ha sido nominado en dos ocasiones al premio Grammy Latino (2008 y 2012), y recibió los Premios de la Música de España, en sus ediciones de 2004 y 2007, entre otros galardones.