Maquetas de edificios habaneros con inspiración Art Deco. Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
Floreció en las primeras décadas del pasado siglo y su paso por el mundo de las artes no fue efímero, pues muchos aún sienten nostalgia por un estilo artístico que abarcó todas las modalidades desde la literatura, el teatro y el cine, hasta el diseño y la arquitectura: el Art Deco.
La Habana, un punto de referencia con un maravilloso trabajo de preservación en la actualidad que todos deben conocer, según especialistas. Aquí está presente en todas sus vertientes y sus amantes en todo el mundo vinieron a verlo, disfrutarlo, palparlo.
El XII Congreso Mundial de ese estilo artístico acogió en esta ciudad y otros puntos del país a más de 250 artistas de diversas latitudes. Un programa abarcador suscitó el interés de los participantes y convirtió a Cuba durante una semana en la nación del Art Deco del planeta.
Para la canadiense Sandra Cohen, presidenta de la Coalisión Internacional de Sociedades Art Deco, la cita fue una experiencia educacional muy significativa.
En otros lugares del mundo se desconoce la labor de preservación aquí presente. Trasmitiremos nuestras experiencias, las expresaremos a todos. Llevaremos el mensaje de este congreso a todas partes, destacó a Prensa Latina.
El evento, señaló, tiene un carácter didáctico y reflexivo, de esta manera tratamos de sensibilizar a todos para frenar cualquier deterioro y también educar en cuanto a su conservación en cualquier lugar del mundo.
Un amplio programa se desplegó y desde los primeros momentos ya se respiraba aires de ese estilo refinado, lleno de glamour.
Las pasarelas fueron uno de los atractivos. Artistas y diseñadores de la Isla desempolvaron vestuarios y trajeron de vuelta ropa de la época, y otros, como el australiano Brian Scott, paseó por las distintas sedes del evento y hasta por las calles habaneras, a la vista de todos, con sus atuendos.
Pienso no «desentonar», dijo, pues me han contado que en el centro histórico algunos personajes deambulan con sus trajes típicos.
Llevaba su blazer almidonado a rayas, una pajarita y sombrero de pajillas. Lo acompañaba su esposa Julie, quien lucía un corte de cabello al estilo de las bailarinas de charlestón, y su vestido alargado y recto.
Además del diseño de vestuario y la bisutería, el Art Deco tuvo su esplendor en la gráfica. Una de las muestras más significativas presentó 25 afiches, en su mayoría de la colección privada del intelectual cubano Alfredo Guevara, presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Son carteles, precisó Guevara a la prensa, con elementos utilizados de manera involuntaria por sus autores. Detalles insignificantes que toman valor con el transcurso de los años, subrayó.
Caracterizó el programa, además, un ciclo de cine, con cintas propias de las primeras décadas del pasado siglo y otras posteriores que aluden a esas etapas.
Una de ellas fue Romance del palmar (1938), primera película sonora de la Isla con la fallecida cantante Rita Montaner en los protagónicos, en la cual interpreta uno de los temas antológicos de la música popular cubana: El manisero.
Un amplio programa académico destinado a conocer detalles sobre la preservación de este estilo, sobre todo en la arquitectura, acaparó la atención de los delegados en el capitalino Hotel Nacional, sede de esos intercambios. Arquitectos y diseñadores estuvieron al tanto de lo que ocurre en tema de restauración y conservación en países como Brasil, Colombia, Puerto Rico, Canadá, Estados Unidos, Australia y Cuba, entre los más significativos.
Recorrieron además algunos inmuebles emblemáticos habaneros, como el edificio Bacardí, en La Habana Vieja, y otros de la barriada del Vedado: la actual sede de Casa de las Américas y el edificio de viviendas López Serrano, cuyo mural del vestíbulo constituyó el logotipo de esta cita.
También pudieron visitar cines y teatros, como el Fausto, de la famosa esquina de Prado y Colón en La Habana Vieja, el América, de la popular calle Galiano en el centro capitalino, y el antiguo Lugardita, al oeste de la ciudad.
Los participantes estuvieron en otras ciudades del país, con una amplia representación de ese estilo, que además son distinguidas por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Llegaron hasta la ciudad de Cienfuegos, en el centro sur de la isla, y a las orientales Camagüey y Santiago de Cuba.
En alusión también al patrimonio arquitectónico abrió sus puertas una exposición de maquetas y dibujos elaborados por estudiantes de esa facultad técnica, con casas y edificaciones capitalinas como la biblioteca de la Universidad de La Habana.
Otras que llamaron la atención de los delegados fue la casa Pividal de la céntrica calle 23 de la barriada del Vedado, y la librería La moderna poesía, del popular bulevar de Obispo en el centro histórico.
En fin, todo un programa didáctico, con disímiles propuestas que pusieron al tanto a los delegados de más de 15 países sobre qué ocurre en todo el orbe con esta manifestación, que causó furor en su época y aún acapara adeptos.