Pubertad trata temas sensibles de esta etapa a través de la animación. Pubertad, la primera serie de los Estudios de Animación del ICAIC que mostrará este importante período de la vida tal como es, desde la amenidad y la frescura, pero con toda la seriedad y hondura que requiere, marcha a buen paso, lo que permitirá que se estrene en la televisión cubana en este 2008.
Así lo hizo saber a Juventud Rebelde su realizador, el joven Ernesto Piña, quien explicó que Pubertad está siendo posible gracias al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), sobre todo en la persona de su directora, Mariela Castro Espín, de quien partió la idea.
Según comentó Piña, este necesario proyecto bebe de los textos que aparecen en el libro ¿Qué nos pasa en la pubertad?, escrito por Mariela —estará en la venidera Feria—, donde se exponen las vivencias de quienes se encuentran en la etapa en que comienzan a desarrollarse y aparecen en sus cuerpos cambios físicos y psicológicos en su camino hacia la adultez.
«Por esa razón —acota Piña—, en Pubertad se encontrarán temas esenciales que puedan aclarar las dudas y preocupaciones de estos adolescentes, las cuales pueden ir desde la aparición de vello en el pubis y axila hasta la explicación de cuándo se puede hacer el amor y cuál es el mejor momento para tener hijos.
«Creo que nunca antes de ha tratado con tanta seriedad esta temática en otros medios, y a través de la animación es la primera vez en Cuba. Nos hemos apoyado en un software muy provechoso llamado flash, que nos da libertad para llevar adelante una estética diferente y atractiva para estos muchachos».
Confesó el autor del premiado Todo por Carlitos que en un principio se proyectaba terminar la serie para el venidero verano, «pero todo hace indicar que tomará más tiempo, pues queremos hacer diez capítulos».
Aunque Pubertad busca orientar y educar sobre esta etapa tan contradictoria, sus realizadores han tratado de evitar el didactismo. Los guiones pertenecen a Wilbert Nogel, quien ya trabajó con Piña en El propietario. Son ocho personajes protagónicos que «creen que están viviendo algo raro, cuando es lo más normal del mundo». Estos son interpretados por jóvenes actores de La Colmenita.
«Desde un principio, el trabajo de mesa ha sido muy riguroso, al punto que tuvimos que transformar los guiones iniciales. Los «colmeneros» también nos ayudaron muchísimo, sobre todo a mejorar los diseños de los personajes, para que se conectaran mejor con los adolescentes.
«Normalmente son actores profesionales los que encarnan disímiles roles. En este caso, queríamos que fuera quienes están atravesando por esa experiencia».
A pesar de que esta es la primera serie que dirige, Piña asegura que no se está dejando llevar por el excesivo entusiasmo. Él asegura que se trata de una serie novedosa, divertida e inteligente, lo que posibilitará que la comunicación sea más efectiva, «pues estamos conscientes de que no estamos trabajando para niños que haya que dárselo todo “masticadito”».