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Con Camilo al Frente

En los últimos días de 1958, la zona norte de la actual provincia de Sancti Spíritus se convirtió en uno de los sitios estratégicos de la lucha armada para lograr el triunfo de la Revolución

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

YAGUAJAY, Sancti Spíritus.— Bajo los pies gastados de toda la tropa la tierra grita. El río Jatibonico encrespado obliga a los hombres de la Columna 2 Antonio Maceo a tomar una bocanada de aire. Una soga divide por la cintura al líder, el primero en atravesar las incómodas aguas. El agotamiento físico y el hambre duplican los esfuerzos. Pero la orden está dada: nada puede detener el paso.

Más de 800 kilómetros han dejado a sus espaldas. Se han enfrentado a persistentes lluvias y a la furia de más de un ciclón. Poco o nada han comido a su paso por la llanura del centro de Cuba. Aspiran a que del otro lado del Jatibonico la realidad sea otra.

Quizá es la fe en la propia historia del lugar lo que hace a Camilo Cienfuegos, al mando del puñado de hombres que desde la Sierra Maestra regala confianza en la victoria definitiva, besar un bulto de tierra que recogió de los márgenes del río.

«¡Al fin hemos dejado detrás el inhóspito Camagüey y espero que otra suerte nos reciba en esta tierra!», dejó escapar al tomar aquel pedacito de las «inquietas Villas» como nombraba a la región por su aporte durante la guerra mambisa.

Así llegó Camilo en los primeros días del mes de octubre de 1958 a la zona norte de la actual provincia de Sancti Spíritus. Yaguajay, sin proponérselo, se convirtió, más que en un lugar estratégico para la lucha armada, en su casa.

El primer encuentro

Félix Torres, jefe del destacamento guerrillero Máximo Gómez del Partido Socialista Popular, uno de los que le daba la cara a la lucha armada en territorio yaguayajense, conoce que ya podía estar cerca el grupo perseguido sin éxitos por el ejército de Batista por media
isla. Ordena ir a su encuentro. Una de sus escuadras lo topa de frente y lo conduce desde Boquerón hasta la Llanada de Alunao, primer campamento de la Columna 2 en Las Villas.

Cuenta William Gálvez en su libro Camilo, señor de la vanguardia: «Se hizo entre lomas, esto imprimiría en los invasores una nueva sensación de confianza, pues recordaban el escenario de la Sierra Maestra, baluarte invencible del Ejército Rebelde».

En las gargantas profundas de Jobo Rosado, donde Torres y su tropa le dan oficialmente la bienvenida, Camilo y el resto de los hombres sienten una hospitalidad estremecedora. Velan por que se alimenten, curan las heridas de tanto andar y descansan.

El tránsito hasta allí ha sido tan azaroso para los invasores que alguna vez uno de ellos, el hoy general de división Ramón Pardo Guerra, aseguró que los hombres se dormían caminando.

En la memoria de los protagonistas y en más de una publicación conviven muchas anécdotas. Tuvieron que echarle mano a una yegua medio cruda y sin sal, la mejor de la pobre caballería y entregaron las finanzas de la tropa, 200 pesos, a una familia que le abrió su bohío, a pesar de que en el humilde espacio residían cuatro niños tuberculosos. Demasiadas experiencias acompañan a un periplo que tomó un respiro en Yaguajay.

Hermanamiento

Para el destacamento guerrillero Máximo Gómez, del Partido Socialista Popular, resultó natural subordinarse al hombre de sonrisa amplia enviado por el propio Fidel Castro. Al grupo se unió también el destacamento Marcelo
Salado, del Movimiento 26 de Julio, que también operaba en la zona.

Personas conocedoras de la geografía, organización combativa, aseguramiento logístico, son fortalezas que encuentra Camilo en aquellos oriundos de la zona. Emerge sin muchos protocolos el Frente Norte de Las Villas, el cual se extendió desde Yaguajay, por el este, hasta el territorio de Chambas, Morón, y por el oeste hasta Caibarién y Remedios, teniendo como centro la sierra de Bamburanao. La historia lo registra en la fecha del 7 de octubre de 1958.

Hicieron suyos, entonces, los sitios de La Caridad, donde radicó la Comandancia, y Juan Francisco, donde instalaron un hospitalito de campaña, pero que ofrecía servicios a la comunidad. Muchos participaron, junto a los campesinos y trabajadores agrícolas e industriales, en los diferentes encuentros que fortalecieron el movimiento obrero de la zona, y rompieron todas las cercas y candados que limitaban las propiedades privadas.

El plan resultó efectivo: liberar a los pueblos que cercaban a Yaguajay hasta que, tras 11 días de combate en la actual cabecera municipal, se logró la rendición de su cuartel, con cerca de 300 guardias con fusilería moderna.

Cada acción contó con el apoyo decisivo del pueblo. A 65 años de lo ocurrido con la llegada del agotado grupo desde la Sierra Maestra a lo que es actualmente Yaguajay y sus zonas aledañas, se honra con devoción a los héroes de aquella gesta en el complejo histórico Camilo Cienfuegos, donde se confirma en cada fragmento que era imperioso lo vivido allí para abrazar el triunfo.

Nota: Para la realización de este trabajo se consultó el libro Camilo, señor de la vanguardia y las entrevistas de la serie televisiva Camilo, aquí está el Che.

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