De camino hacia la alma mater

Cuando Gabriel llegó al colegio universitario tenía dos amores: la Química y la Pedagogía. Por eso entre sus metas estaba graduarse en la Universidad de La Habana (UH) y regresar a dar clases al lugar donde había cursado el 12mo. grado.

«Desde que estaba en la primaria tuve inclinación por el magisterio. Las personas me decían que se me daba bien aquello de enseñar. Luego lo desarrollé como alumno ayudante durante la carrera. Terminé la licenciatura en Química en 2020 y regresé al colegio para impartir docencia, pero este trabajo no me aleja de la investigación», destacó.

Gabriel Rafael Guerrero Porras llegó al colegio universitario de la UH en 2013, cuando se desarrollaba su quinta versión. Venía del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin. Hoy tiene 25 años y reconoce que la experiencia de cursar una parte del bachillerato en la UH le ayudó a lograr sus objetivos como estudiante.

—La Química es una asignatura que lleva mucho de lo experimental. ¿Cómo lo resuelve el colegio?

—Los estudiantes piden mucho hacer prácticas. Visitamos los laboratorios de la Facultad de Química de la UH y también los centros de investigación que quedan cerca de aquí. Uno de los objetivos del colegio es que los muchachos se familiaricen con el futuro ambiente que van a encontrar, conociendo las líneas de investigación a las cuales se podrán incorporar.

«También para las clases aprovecho las bondades de las nuevas tecnologías, pues la Química no solo se aprende con lo que puedas hacer, sino también mirando cómo se hace», asegura Gabriel, quien terminará en septiembre su maestría y el próximo año iniciará el doctorado, «porque la superación es importante para elevar la calidad de las clases».

Alena Fernández Tamayo comenzó este año la licenciatura en Biología en la UH y se sintió como en casa cuando regresó «a su querida universidad». Y es que, a pesar del curso tan atípico que tuvo a causa de la pandemia, hacer parte del pre en el colegio universitario de esta institución fue una antesala positiva a la nueva etapa de estudios, algo que le ha facilitado su desempeño.

Sin embargo, no niega aquellas primeras dudas que le asaltaron en los días en que decidió dejar atrás su preuniversitario para acercarse a su futuro más próximo, pues «el colegio demanda mucho rigor en el estudio, lo cual era bastante complicado para quienes no estábamos acostumbrados a esa preparación».

Mientras, David Chávez Mesa, hoy estudiante de 1er. año de Física
Nuclear, quien también formó parte de esa dinámica en 2020, asegura haber asumido la experiencia como un reto en medio de los desafíos docentes que se viven en esas edades.

Y ello se ve reflejado en su comienzo en la casa de altos estudios de la capital. «La diferencia entre los estudiantes egresados del colegio y los que entraron desde los preuniversitarios de “la calle” son latentes», asevera el joven, quien recomienda aprovechar al máximo el vínculo facultad-escuela; y reafirmó que es imprescindible para sus
carreras un mayor uso de los laboratorios, pues carecieron de estos en años anteriores.

Una ruta necesaria

En los últimos años, entre 6 000 y 7 000 estudiantes en el país han accedido de manera directa a la Educación Superior mediante los colegios universitarios, explicó el Doctor Reynaldo Velázquez Zaldívar, director general de Formación de pregrado del Ministerio de Educación Superior (MES).

«El colegio universitario es una vía para potenciar a graduados en especialidades que la nación necesita para su desarrollo y constituye además una oportunidad para los jóvenes que desean acceder a la Educación Superior», precisó el directivo.

En esas estructuras académicas matriculan estudiantes interesados en cursar carreras de Ciencias Exactas: Matemática, Física y Química, así como de los perfiles agropecuarios y pedagógicos, los cuales reciben su plaza de manera directa sin realizar exámenes de ingreso a la universidad.

«Cursan el 12mo. grado en su preuniversitario, pero con un tratamiento diferenciado y acciones intensivas de formación vocacional y orientación profesional. En la segunda parte del año académico, cuando el resto de los educandos se dedica a prepararse para las pruebas de ingreso, ellos van a la universidad a recibir un curso propedéutico (enseñanza preparatoria para el estudio de una disciplina) sobre contenidos que contribuyan a su tránsito exitoso en el primer año de la carrera que ya tienen preotorgada», puntualizó.

Velázquez Zaldívar informó que, de manera experimental, comenzó en el actual curso escolar en la UH una variante de colegio universitario, en la que se realizaron pruebas de selección a estudiantes talentosos de los preuniversitarios del país y se escogió a 170 jóvenes para estudiar en este centro.

«Estos alumnos tienen sus carreras preotorgadas, y además de tener la posibilidad de acceder a las Ciencias Exactas podrán matricular especialidades de perfil nuclear: Física Nuclear, Radioquímica e Ingeniería en Tecnología
Nuclear y Energética y Meteorología; así como de perfil biológico: Biología, Bioquímica y Biología Molecular o Microbiología», detalló.

También en este año comenzó en la UH un colegio universitario para futuros periodistas. Está integrado por 60 estudiantes que fueron seleccionados mediante exámenes de aptitud en las provincias de Pinar del Río, Mayabeque, Artemisa, La Habana y la Isla de la Juventud, que es la cantidad que normalmente accede a esa carrera en este centro.

Según explicó Velázquez Zaldívar esos jóvenes completarán los estudios correspondientes al 12mo. grado en la universidad y a la vez recibirán asignaturas que refuercen habilidades requeridas para la carrera de Periodismo, a la cual se incorporarán de manera directa. Se trata de la primera especialidad de las Ciencias Sociales que se incluye dentro de un colegio universitario.

Ello, dijo, tiene como motivación que han sido detectadas dificultades en la formación de esos profesionales, condicionadas por el tiempo que tienen para adquirir las habilidades necesarias y por problemas que traen de la instrucción básica.

Más cerca de la escalinata

Melissa de la Caridad Lemes Álvarez estudiaba en el preuniversitario Rogelio Niz Serra, de Quivicán, en la provincia de Mayabeque, pero cuando dijo en su casa que se iba a becar en el colegio universitario creó serias preocupaciones a su familia, «porque tengo fama de despistada —dice sonriente—; imagínate yo “suelta” aquí en La Habana.

«Pero no, hasta ahora todo está bien. Estoy en la beca de F y 3ra. Me habían metido miedo con que si las condiciones están malas, que si la comida… Y la verdad yo la siento aceptable teniendo en cuenta los tiempos que corren, está “comible”. Y lo más importante son los profesores, y el ambiente de estudio, que es maravilloso aquí en la escuela y también en la residencia estudiantil.

«El rigor académico del preuniversitario es diferente. Uno dice hoy voy a descansar, hoy voy a relajar. Aquí no hay mucho tiempo para eso. El ritmo es fuerte. Pero eso es lo bueno, para que el impacto en la universidad no sea tan grande. Hay muchos estudiantes que fracasan, dejan la carrera en primer año. Nosotros vamos mejor preparados. Es fuerte, pero vine a eso», afirmó.

—Estás en el aula de Química. ¿Es esa la carrera que piensas estudiar?

—Sí, la química me apasiona. Pero también la pedagogía y escribir; de hecho hago versos. Ya veremos después; por el momento el reto es prepararnos bien y ya tengo la carrera en mis manos, así que lo que no puedo es desaprovechar el tiempo y los conocimientos que me dan aquí.

Procedente de la Vocacional Mártires de Humboltd 7, de la provincia de Artemisa, Raydel Antigua Mezquía fue medallista en concursos y gracias a su talento pasó las pruebas para ingresar al colegio universitario. «Tengo como meta ser investigador. Estudiar el genoma humano; por eso elegí el aula de Biología.

El colegio es una alternativa perfecta para quien tiene deseos de estudiar. Influye mucho en nosotros en cuanto a la preparación docente y también como personas. Los graduados de aquí son de excelencia y tienen potencialidad para poder transitar con éxito por cualquier carrera. «Tenemos profesores excelentes, que te educan para la vida del universitario. Sales con muy buena base para triunfar en cualquier especialidad», afirmó.

Uno de esos maestros es la máster Adela González Ruiz, subdirectora docente y profesora de Inglés, quien jubilada y con más de 40 años de experiencia es la teacher del colegio.

«Los alumnos vienen con muchas
dificultades en este idioma, y para graduarse en la universidad se pide como requisito tener el nivel A2 del Marco Común Europeo, y yo los preparo para eso.

«Pueden hacer su prueba de suficiencia cuando comiencen la carrera y es una asignatura que ya tienen aprobada. Se quejan porque doy toda la clase en inglés, pero es así, puede que hoy no me entiendan, pero irán comprendiendo poco a poco. Es una clase de idioma, no puedo darla en español», asegura con una sonrisa.

—¿Tienen laboratorio de idioma?

—No, eso nos falta. Doy clases utilizando el cuaderno de preuniversitario. Luego añado material impreso, ejercicios, lecturas que traigo…, con todo eso trabajamos. La habilidad que más les cuesta es la audición. Para tratar de resolverlo, sin laboratorio, traigo películas, canciones. También les copié el curso online Face to face, que trae incorporadas audiciones. Puedo asegurarle que ellos ven aquí el idioma como nunca lo habían trabajando antes. Y lo notan.

«Hacemos seguimiento de nuestros egresados, y nos sentimos orgullosos de sus logros, porque pusimos ahí nuestro granito de arena. Son títulos de oro, otros muy jóvenes y ya con responsabilidades en la Universidad, con resultados científicos importantes.

«Cuando llegan al colegio se ponen ansiosos, creen que no lo van a vencer, porque el rigor académico es alto. Pero se esfuerzan y llegan. Y sus padres contentos, maravillados de los lauros de sus hijos», subrayó González Ruiz.

Utilidad a toda prueba

«Era una aventura inédita que iba a comenzar en la Universidad, sobre la rueda de la esperanza para lograr algo bello. Fue una sorpresa muy agradable, porque nos daba la oportunidad de trabajar desde temprano con estudiantes que iban a formar parte de nuestro futuro universitario».

Así recuerda aquellos días del curso académico 2009-2010 la máster Bárbara Oviedo Brito, directora-fundadora del colegio universitario de la UH. «Era profesora de la Facultad de Sicología y miembro de la Dirección Docente-Metodológica del centro; me designaron para coordinar las primeras actividades y estoy enamorada de lo que hemos hecho.

«En aquel momento iniciaron sus colegios junto a nosotros las universidades de Oriente, Holguín, Central «Marta Abreu» de Las Villas y Camagüey, cada una con sus características. Porque se trata de preparar a jóvenes que asuman las carreras que tienen poca matrícula y son necesarias en el territorio.

«Tenemos ahora estudiantes preparándose en Física, Química, Biología y Matemática, así como las de perfil nuclear, y este año comenzó Periodismo», puntualizó. «Como toda obra humana, es perfectible, pero su validez se demuestra en que hemos ingresado a la universidad a más de 1 200 jóvenes, y la mayoría ha transitado por su carrera sin dificultades», precisó.

—¿Qué le parece que debería cambiar?

—Tenemos un espacio muy reducido; los estudiantes tienen que estar realmente interesados en estar aquí. Comenzamos en el edificio Varona, de la Colina, pero se necesitaba el lugar para otras actividades, como eventos. Ahora estamos en el piso diez de la Facultad de L entre 23 y 21, y las condiciones no son las mismas.

La Directora refirió que para conocer la satisfacción de los alumnos con el colegio se aplicaron diversas técnicas de investigación y han ido realizando algunos cambios. Al principio, destacó, solo dábamos la malla curricular de 12mo. grado, con todo su rigor, pero los estudiantes querían más, y hemos añadido contenidos que se acercan a los que recibirán en las carreras.

«También incluimos asignaturas propias. Por ejemplo, estamos dando idioma ruso para los que cursarán carreras de perfil nuclear, curso que es optativo para el resto de los estudiantes. También impartimos Español, Ortografía y Encuentro con la Historia, espacio que utilizamos para ponerles documentales, filmes y hacer visitas a museos, entre otras actividades que complementan su formación».

Para Bárbara, el colegio sigue teniendo la misma validez que en sus inicios. «El país necesita científicos para su desarrollo y las matrículas de algunas carreras como las de ciencias exactas, que en aquellos años fundacionales estaban deprimidas, hoy también lo están.

«Nuestro objetivo siempre fue y sigue siendo que el tránsito de la educación media superior a la vida universitaria sea lo menos complicado posible, que estén preparados para abordar los cambios que sucederán. Y con la mirada de pertenencia que nos acompaña, sentimos que estamos logrando algo bello».

Potencialidades de la Universidad de La Habana

Claustro de profesores con una experiencia que les posibilita realizar las adecuaciones necesarias para culminar con calidad la malla curricular de 12mo. grado.
Diseño de una estrategia que posibilita simultanear las asignaturas propias del colegio.
El proceso docente-educativo se estructura introduciendo las formas de enseñanza de la Educación Superior.
Estimular el desarrollo de las habilidades conformadoras del desarrollo personal: comprensión, expresión, solución de problemas y organización del tiempo.
Propiciar el desarrollo del razonamiento lógico y el pensamiento abstracto, la capacidad para resolver problemas y la independencia cognoscitiva.
Realizar talleres de redacción y
ortografía, que les posibiliten lograr un nivel adecuado.
En la lengua extranjera se pretende el desarrollo de habilidades comunicativas fundamentales que les permitan a los estudiantes expresarse en su actividad cotidiana y profesional una vez que ingresen a la universidad.
Concepción de actividades extraclases y trabajo de formación vocacional por parte de las diferentes facultades mediante impartición de conferencias de formación vocacional y visitas a centros de investigación.
El estudiante se inserta en la vida universitaria mediante las actividades de extensión, con participación en las diferentes convocatorias de la FEU y la UJC, en estrecha interrelación con la FEEM, organización a la cual pertenecen.

Ventajas de la experiencia

Realizar el proceso de captación de talentos, de estudiantes con potencialidades, intereses cognoscitivos y motivaciones internas hacia las ciencias.
Iniciar el trabajo desde 12mo. grado para lograr una correcta preparación académica y educativa.
Aplicar un diagnóstico integral inicial para detectar los elementos del conocimiento afectados del nivel precedente.
Identificar las diferencias del trabajo metodológico concebido en cada uno de los territorios de procedencia para realizar una estrategia de intervención educativa que permita desarrollar las potencialidades de cada uno.
Lograr con un trabajo docente-educativo eficiente un positivo desarrollo personal y grupal en los estudiantes.

Fotos: Abel Rojas Barallobre

Para Bárbara Oviedo Brito, directora-fundadora del colegio universitario de la UH, estos centros de enseñanza mantienen intacta su validez y funcionalidad.

Según Raydel Antigua Mezquia, durante el 12mo. grado en los colegios aprovechan al máximo el vínculo facultad-escuela de cara a sus futuras carreras.

En opinión de Melisa de la Caridad y otros jóvenes estudiantes, el rigor académico en los colegios universitarios es mucho más fuerte que en los preuniversitarios.

Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana