Salida del Presidio Modelo de Fidel y un grupo de moncadistas en la entonces Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud. Autor: Archivo de JR Publicado: 15/05/2021 | 02:55 pm
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— La salida de prisión de Fidel y un grupo de aquellos jóvenes del Centenario, el 15 de mayo de 1955, fue el resultado de la firme posición de los moncadistas de oponerse a la tiranía reinante en Cuba en aquella época y a la pujante presión popular, suceso gracias al cual es posible hablar de concreción de sueños nacidos entre las rejas del Presidio Modelo, donde la Revolución encontró su fragua más fecunda.
A 66 años de la excarcelación de Fidel y sus compañeros, el pueblo pinero agradece vivir en un país que convirtió esa penitenciaría en palacio de pioneros, escenario donde se acerca la historia local y nacional a las nuevas generaciones con el propósito de que crezcan como revolucionarios y defiendan los más genuinos valores e ideales de Libertad.
Este es un día de recuerdos, de reflexión y compromiso; de proyección de empeños futuros anclados en la participación popular junto al Partido, de contribución a la formación y educación de los pinos nuevos, que era entonces uno de los problemas a resolver en Cuba, expuestos por Fidel en su alegato La historia me absolverá, documento que reescribió desde su celda en solitario, a partir de lo expresado en el jucio, y cuyos propósitos constituyen hoy una realidad en permanente construcción.
Como cada año, la efeméride sirve de acicate para impulsar planes productivos incluidos en la estrategia de desarrollo local y continuar fortaleciendo la identidad local, ahora desafiados por los efectos de la COVID-19, una pandemia que exige, hoy más que nunca, del esfuerzo mancomunado de todos.
Aquel suceso del 15 de mayo, abrió en la historia nacional una nueva etapa de lucha, organizada durante 22 meses de injusto encierro.
Fue allí donde estos jóvenes atestiguaron las torturas y amenazas constantes, que no pudieron mellar su espíritu porque encontraron en los libros y la auto-preparación durante esos 580 días de prisión, las armas necesarias para pensar el futuro, con su mayor trinchera en la academia ideológica Abel Santamaría y la biblioteca Raúl Gómez García, como nombraron a los recursos colectivos, en honor a dos de sus compañeros caídos en la gesta del Moncada.
Quienes visitan este antiguo reclusorio para hombres, hoy Monumento Nacional, pueden suponer la angustia de aquellos jóvenes que, a pesar de los rigores carcelarios, desarrollaron una intensa preparación y organización para continuar el combate, al tiempo que familiares y amigos libraban fuera la batalla por conseguir su amnistía.
Como es habitual, los pobladores de Isla de la Juventud realizan jornadas de celebración por la efeméride, entre las que destaca la carrera por el aniversario 66 de la excarcelación, ahora también de manera virtual con el soporte técnico del Proyecto Marabana-Maracuba.
También se desarrolló el abanderamiento de la brigada Aniversario 66, iniciativa de la Central de Trabajadores de Cuba para impulsar la construcción de obras; una exposición por el aniversario 35 del Palacio de Pioneros anclado en el área del Presidio Modelo; la inauguración del polígono de construcción para estudiantes del Instituto Politécnico y el acto de recordación de la efeméride, acompañado de la redición de la ruta que siguieron Fidel y demás moncadistas a su salida del penal, que incluye la casa natal de Jesús Montané Oropesa y el antiguo hotel Isla de pinos, hoy parque 15 de mayo, donde Fidel habló aquella vez a la prensa para agradecer a todo el pueblo cubano por el apoyo y confirmar la decisión de continuar la lucha.
La excarcelación y el Día Internacional de la Familia
La historia es un incesante volver a empezar, decía el ateniense Tucídides (460-395 a.C.), y esa idea seduce a repasar los hechos que vinculan a la familia Montané Oropesa con la Revolución, a propósito de celebrarse hoy el Día Internacional de la Familia y el aniversario 65 de la salida de los moncadistas del Presidio Modelo.
Junto a familiares de otros combatientes como Juan Almeida Bosque y Pedro Miret, ese ilustre clan pinero conformó el núcleo del movimiento que luchó por la liberación de los revolucionarios que asaltaron el Moncada, y fue tal el empuje popular que las puertas del Presidio se abrieron el 15 de mayo de 1955 para que esos jóvenes de la Generación del Centenario, liderados por Fidel Castro, salieran a cumplir sus promesas al Apóstol.
Pero esos dos años de espera no fueron fáciles, sobre todo para las madres de los recluidos, quienes en su afán de despertar la sensibilidad pública promulgaron la Carta de las Madres de toda Cuba, firmada por María Esther Aguilera, Rosario Bosque de Almeida, Luisa Prieto de Miret y Zenaida Oropesa de Montané. Así se gestó el movimiento Pro Amnistía desde la otrora Isla de Pinos, que luego se amplificó por todo el país, hasta que el tirano debió firmar la anhelada ley.
Si viajar en el tiempo fuera una opción real, muchos agradeceríamos estar junto a esas familias y a una multitud de cubanos dignos, inquietos desde las 11 de la mañana en la puerta principal del reclusorio para hombres, en esta pequeña isla al sur del archipiélago cubano.
Cerca de la una de la tarde salieron los primeros: Eduardo Rodríguez, José Suárez, Jesús Montané, Ernesto Tizol, Oscar Alcalde, Fidel Labrador, Gustavo Arcos, Abelardo Crespo, Pedro Miret y Ciro Redondo. Media hora más tarde apareció en la escalinata el segundo grupo: Armando Mestre, Enrique Cámara, Agustín Díaz, Orlando Cortés, Mario Chanes y Juan Almeida, con Fidel y Raúl Castro al frente. Por último descendieron Ramiro Valdés, José Ponce, Julio Díaz, René Bedia, Reynaldo Benítez, Francisco González, Gabriel Gil, Rosendo Menéndez, Andrés García, Israel Tápanes y Eduardo Montano.
En cada oleada, el júbilo popular estalló: abrazos, risas, apretones de manos, palmaditas en la espalda. Según registran documentos que atesora el museo Casa Natal Jesús Montané, varios vehículos trasladaron a los moncadistas hacia Nueva Gerona, y Juan Almeida Bosque y sus familiares fueron a casa de la revolucionaria Francisca Herrera (Tin Tan), en Sierra Caballos, donde se alojaban los hermanos de Juan cuando venían a visitarlo al presidio.
Otro grupo, entre los que se encontraba Abelardo Crespo, visitó la finca El Abra, donde vivió José Martí, mientras Fidel y el resto de los compañeros se desplazaron hasta la casa de la familia Montané Oropesa, donde agradecieron la acogida de familiares, amigos y periodistas.
A las 3:00 p.m., en el extinto hotel Isla de Pinos (hoy parque 15 de Mayo), el líder revolucionario habló a la prensa para agradecer a todo el pueblo cubano por el apoyo y confirmar la decisión de continuar la lucha.
En la noche, en el muelle donde se encontraba atracado el barco El Pinero, la población de Nueva Gerona se reunió para observar la partida del ya histórico buque, que zarpó más tarde de lo acostumbrado y con una única carga: aquellos jóvenes de la Generación del Centenario, listos para hacer realidad la libertad de Cuba. Antes de zarpar, los moncadistas entonaron la Marcha del 26 de Julio.
Con todas las precauciones que impone hoy la COVID-19, el pueblo pinero, como cada año, honra aquel ejemplo de cohesión popular, que inspira a continuar la obra desde maneras diferentes de pensar y vivir, pero con los mismos valores que impulsaron la concreción de los sueños nacidos entre las rejas del Presidio Modelo, donde la Revolución encontró su laboratorio más fecundo.
Sirve la recordación, además, para reconocer el altruismo de muchos cubanos en estos tiempos de batalla epidemiológica, para reflexionar sobre el rol esencial de la familia en la educación del pueblo y las oportunidades de aprendizaje permanente y consolidación de valores intrínsecos al sistema social cubano que ese núcleo representa.