El presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez enfatizó en la necesidad de que los dirigentes municipales sigan de forma sistemática la implementación de la Política de la vivienda en sus localidades. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 18/12/2018 | 11:09 pm
El déficit habitacional en el país asciende hoy a 929 695 viviendas, situación compleja que deberá ser resuelta, definitivamente, en el transcurrir de diez años —tiempo que ha comenzado a descontarse—, con la construcción de 527 575 nuevos hogares y la rehabilitación de 402 120 existentes.
La Política de la vivienda en Cuba fue presentada la víspera a los diputados de la 9na. Legislatura de la Asamblea Nacional.
Al intervenir al final del debate, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó el trabajo que ha realizado para resolver este sensible tema, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, siguiendo la guía y el ejemplo del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido.
Es esta, señaló Díaz-Canel, una política para dar solución a uno de los problemas sobre el que más insatisfacción tiene la población.
Además del compromiso que esto genera, debe constituir una tarea que los dirigentes a todos los niveles debemos dar seguimiento continuo, pues «es una política para la solución de la vivienda para todos, nadie queda excluido».
Todos los años debemos trabajar por construir más y con una mayor calidad, aunque este programa —apuntó— no solo está dirigido a nuevas viviendas, sino también a reparar y mantener las existentes, que es la causa del deterioro.
Hay muchos problemas acumulados en la vivienda, dijo. Están las afectaciones por los ciclones recientes y anteriores, la de los albergados y otras muchas necesidades, y debemos aplicar soluciones en cantidad y con calidad. En casos como los ciclones, ejemplificó, las viviendas que resultan dañadas son las que están en mal estado o ubicadas en lugares vulnerables. «Si todo el fondo habitacional fuera fuerte, los daños por los ciclones serían mínimos».
Abundando sobre la Política para la vivienda, resaltó que integra ideas, experiencias y soluciones, pero también los resultados de la ciencia y la investigación.
Exhortó además a eliminar la burocracia. Donde hay burocracia hay corrupción. En el sistema de la Vivienda, hay corrupción; en la venta de materiales de la construcción, hay corrupción; entre algunos inspectores, funcionarios, técnicos, y todo eso hay que eliminarlo.
El estadista cubano también elogió que el programa incluya como una premisa las urbanizaciones, para que cada comunidad disponga de los servicios infraestructurales que requiera y también sean hermosos, por lo que insistió en buscar diseños diferentes, atractivos, bonitos.
Resaltó el principio de que en este proceso estén involucrados todos, la población y las entidades. «Todos tenemos que construir: el Estado, los organismos, los municipios.
«Si vinculamos un gran esfuerzo estatal con el individual, tendremos un resultado mayor». También explicó que hay que buscar alternativas, como incrementar la adaptación de locales estatales en viviendas.
No obstante, el tema fundamental en la implementación de esta política —agregó— es la producción local de materiales de la construcción, algo —señaló— que está casi logrado.
«Si en cada municipio creamos capacidad para hacer 1,7 viviendas diarias, haríamos en el país más de 100 000 viviendas al año. Con eso, en diez años resolvemos el problema de la vivienda. Y es posible. En la mayoría de los municipios ya hay instalaciones para hacerlo; la inestabilidad está en la entrega de materiales como los áridos y el cemento, además del acero.
«Y en esta cifra de 1,7 viviendas por día, no estoy considerando las grandes plantas industriales. Si nos lo proponemos, podemos llegar a 1,7 viviendas por municipio más unas cinco diarias producidas por la gran industria».
Son estas, sentenció más adelante, muestra de las potencialidades que tenemos, pero eso hay que organizarlo, ser serio con el programa y darle seguimiento sistemático, especialmente a nivel municipal, que es donde se decide todo.
Revolución es construir
La Política de la vivienda en Cuba fue explicada al Parlamento por el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña. Tiene como punto de partida el análisis y cumplimiento de los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021.
Para su elaboración se tuvo en cuenta la situación del fondo habitacional del país, su caracterización, el nivel de deterioro y déficit, y la estrategia para detener el deterioro y lograr la recuperación total del patrimonio.
El fondo habitacional es hoy de 3 824 861 viviendas, y el 39 por ciento está en regular y mal estado técnico. Sobre las afectaciones climatológicas, señaló el Ministro que quedan pendientes 209 861 viviendas, de ellas por derrumbes totales, 60 975.
Además del déficit del fondo habitacional, que asciende a 929 695 viviendas, también es necesario —agregó Mesa Villafaña— realizar acciones de mantenimiento y conservación anualmente a más de 240 000 unidades, a fin de detener su deterioro, y hacerlo a través del esfuerzo propio de los habitantes.
Al mismo tiempo, y aunque la tendencia de la población es a continuar disminuyendo, se estima un crecimiento de 52 321 viviendas para dar respuesta a situaciones como la diversidad de generaciones conviviendo bajo un mismo techo y para estimular la natalidad.
Sobre las 527 575 nuevas viviendas a construir, se prevé que el 60 por ciento se edifique por esfuerzo propio de la población, excepto en La Habana y Santiago de Cuba, donde será cubierto por esa vía el 40 por ciento.
Para 2019 está planificado edificar 32 899 viviendas. La cifra irá aumentando progresivamente cada año. Entre el segundo y tercer año de implementación de la política serán más de 40 000 para cada período, luego más de 50 000, y así hasta el décimo año (2028) para cuando se prevé inaugurar 68 590 nuevas moradas.
En el proceso será fundamental el desarrollo de la producción local de materiales de la construcción y la puesta en marcha de las inversiones y los equipos previstos, y las urbanizaciones y proyectos serán coherentes con las políticas aprobadas para el uso eficiente de la energía, el agua y el medio ambiente, según lo fijado en el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida).
Mesa Villafaña comentó además que los diseños estarán en correspondencia con las normas cubanas y las regulaciones vigentes en cuanto al uso racional del suelo, las normas sismo resistentes, los criterios de accesibilidad para todos, y la atención al envejecimiento poblacional y las discapacidades.
Como resumen, el titular del Micons señaló que la iniciativa requerirá además de una nueva Ley General de la Vivienda, la que se encuentra elaborada y en proceso de evaluación y consulta.
Las potencialidades de esta política —señaló— han quedado demostradas recientemente en las provincias de Guantánamo y Camagüey, entre otras, donde solo aplicando medidas organizativas e incrementando la producción local de materiales de la construcción se duplicará —y más— el número de viviendas construidas en 2018 en comparación con 2017.
En la concreta
El informe fue comentado por Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional, quien expresó que la vivienda es uno de los problemas sociales más sensibles que afronta la población. También ratificó que se trabaja en estos momentos en la nueva Ley de la vivienda, la que será discutida y aprobada por el Parlamento.
El diputado habanero Gerardo Enrique Hernández Suárez (el legendario constructor de Las Guásimas, conocido como Pupi), comentó que la política está a la altura de las necesidades actuales, y se ha logrado integralidad entre los organismos que tienen que ver con la propuesta, lo que demuestra que en su elaboración hubo sistematicidad y perseverancia, siguiendo las ideas del Comandante en Jefe de la participación de las masas en la solución del problema habitacional.
La solución del problema habitacional en Cuba requiere de la participación de las masas.