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Un hecho sin precedentes

Afirman especialistas que las condiciones naturales de la playa de Guardalavaca no son propicias para que lleguen hasta allí los tiburones, por eso califican de insólito el ataque que causó la muerte de un joven

Autor:

Liudmila Peña Herrera

HOLGUÍN.— La noche del pasado sábado transcurría con normalidad en el balneario de Guardalavaca, cuando un hecho sin precedentes alteró la rutina del personal médico y asistencial de la Clínica Internacional de Salud y Turismo.

Poco después de las 11 de la noche llegó en estado de gravedad el joven holguinero Jesús Cabrera Cisneros, de 22 años, con «una amplia y profunda mordida de animal marino en su muslo izquierdo y gran pérdida de sangre», según refirió a JR el doctor Enrique Remedios Compti, especialista en Medicina General Integral, quien recibió al paciente y aplicó, de inmediato, el protocolo establecido para ese tipo de casos, además de activar el Sistema Integrado de Urgencias Médicas, para su rápido traslado a un hospital.

«El paciente llegó en shock hipovolémico, con afectación de grandes vasos que son muy importantes en el organismo. Por eso trabajamos para cohibir cualquier tipo de sangramiento y, a través de expansores plasmáticos, comenzamos a aumentarle el volumen para reponer la sangre perdida», explicó el médico, quien asegura que el personal de guardia aunó esfuerzos para salvar la vida del muchacho, aunque lamentablemente todo fue en vano.

El joven se encontraba acompañado de cinco amigos, vecinos del reparto Ciudad Jardín, del municipio cabecera, quienes disfrutaban de un baño nocturno tras salir de la discoteca cercana.

Los cuatro muchachos, con quienes conversó JR, coincidieron en que se encontraban apenas a tres o cuatro metros de distancia de la orilla y no estaban embriagados, como algunas personas han llegado a suponer.

«Cuando nos dimos cuenta de que no era un juego, nos apresuramos a ayudarlo y, aunque no podía ver muy bien, le di con una botella al animal y logramos que lo soltara», aseguró Víctor Aguilera, uno de los del grupo.

El caso es extremadamente insólito, pues según afirma el biólogo marino Antonio Vega, del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales de Holguín (Cisat), «la plataforma donde se encuentra la playa es muy estrecha y dada su geomorfología, los arrecifes están bien cercanos a la línea de costa y la protegen, en casi toda su extensión, con una cresta arrecifal que sirve de barrera, excepto en el sector oeste, donde existe un paleo-cauce con mayores profundidades. Tal vez por ahí entró el escualo».

Estudios recientes de los ecosistemas marinos de esta plataforma, refieren los medios locales, han demostrado la baja densidad de grandes depredadores carnívoros, como tiburones y meros, o sea que los escualos no son frecuentes, ni abundantes en esta zona.

Aunque todavía no se puede determinar a qué especie pertenece el tiburón que atacó al joven, de acuerdo con las  características de la mordedura el biólogo presume que se puede tratar de un tiburón tigre, un toro o, incluso, un blanco.

Asimismo  Antonio Vega explica que, por lo general, «el ataque de un tiburón a un humano ocurre de manera accidental, pues lo confunde con algunas de las presas que consume de modo habitual».

En Holguín, cuantos conocen del hecho se muestran conmocionados; no obstante, en Guardalavaca el ambiente permanece tranquilo, sin pánico. Las autoridades locales ratificaron a la prensa que este sigue siendo un balneario seguro y tranquilo, para el disfrute de su mar y demás bellezas naturales.

José Miguel Rodríguez, salvavidas del balneario, cuenta que luego del fatal evento se ha reforzado la vigilancia: «Realizamos un trabajo preventivo, explicando  dudas, observando a los bañistas, y si alguien está haciendo buceo libre, le decimos que tome precauciones. Además, estamos colocando redes con el objetivo de atrapar al tiburón».

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