La historia de estos jóvenes es solo una muestra de las muchas que se pueden encontrar en Grito de Baire. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 06:01 pm
Satisface verlo cual polilla hojeando libros, navegando en sitios web y luego realizando magia con sus manos en la modernización de la técnica. No cabe duda de que el primer teniente Alejandro Rodríguez Piedra es un enamorado sin límites de la ciencia y un convencido de que es esencial que los estudios no se engaveten.
Graduado hace cinco años de Telecomunicaciones en el Instituto Técnico-Militar José Martí, afirma que los jóvenes son esenciales en la indagación científica, pues con sus ideas frescas, su talento y motivación pueden aportar a estudios que son fundamentales para el desarrollo del país.
Sus jornadas en el Centro de Investigación-Desarrollo-Producción Grito de Baire, perteneciente a una empresa militar industrial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), le han dado razones para compartir tal afirmación. «Este es un mundo diverso, que depende mucho del interés que le ponga el investigador y de su constancia», asevera.
Allí también se desempeña Patricia Silveira Toboadela. Llegó hace dos años, al graduarse en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae), y ya habla con amor de su colectivo, ese que le ayudó «a adquirir nuevas habilidades y a sentirse como una profesional que ve en la investigación un buen camino».
Quizá su carisma y sus grandes deseos de descubrir otros horizontes son los que han hecho que indague en proyectos para la defensa. «Un gran impacto lo tienen las comunicaciones y la electrónica, pues garantizan el mando ininterrumpido de las tropas y contrarrestan las acciones del enemigo».
La historia de estos jóvenes es solo una muestra de las muchas que se pueden encontrar en Grito de Baire. Ellos, junto a otros más experimentados, trabajan desde la ciencia en función de la capacidad defensiva del país.
Amor por la ciencia
José Martí escribió que la ciencia está en conocer la oportunidad y aprovecharla. Esa máxima acompaña la política científica en las FAR, que permite mostrar significativos resultados también en las ciencias naturales, la salud, la educación y en el bienestar del hombre.
Cuenta Alejandro que cuanto hacen y transforman tiene un aporte directo. «Quienes trabajamos aquí estamos conscientes de que con nuestra labor mantenemos una alta disposición combativa en las FAR, aportándoles nuevas tecnologías y armamentos acorde con el contexto actual», asegura, y añade que esta oportunidad lo ha convertido en un joven más maduro, aplicado y convencido de su labor.
«Esta es una gran familia de ciencia. Aunque somos los más nuevos nos acogieron con confianza y nos han enseñando las formas de desarrollar proyectos con resultados», reconoce.
En lo anterior coinciden los entrevistados. La relación que existe entre ellos y el roce con los científicos ha generando aceptación. Según Patricia estas experiencias le han demostrado que vale la pena la ruta seguida y que no importan las horas para descubrir lo que será más útil.
«Estar aquí fue un gran reto, aunque en la universidad siempre me gustó investigar; este colectivo me ha aportado su sabiduría y también me ha hecho ganar buenos amigos», asegura la joven, quien realiza un proyecto asociado con las telecomunicaciones.
También cree muy necesario el apoyo de la familia en sus responsabilidades y el vínculo de la universidad con los centros de investigación. Dijo que este debe hacerse desde que el estudiante está en la carrera, pues «lo motiva mucho y hace que tenga interés y vea en la ciencia un futuro, que es imprescindible para desarrollarnos».
Un vínculo necesario
«Ante las profundas transformaciones que vive el país tenemos el desafío de contribuir de forma rápida y efectiva a nuestro propio desarrollo» afirma el teniente coronel Bárbaro Socarás Hernández, coordinador general para la ciencia del Centro. El oficial añade que esa ha sido la ruta seguida estos años en Grito de Baire.
Destaca que para obtener resultados ha sido vital asociarse a centros educacionales como el Instituto Superior de Diseño, la Universidad Marta Abreu de Las Villas y la Hermanos Saíz Montes de Oca, de Pinar del Río, así como a la Cujae, los cuales aportan su talento a las novedosas alternativas científicas que proponemos.
«A educandos de estas enseñanzas les encargamos el desarrollo de determinadas partes de nuestras indagaciones, los cuales terminan como su tesis de grado o trabajo de diploma. Eso es importante, pues nosotros acá investigamos, y ellos les ponen su forma y las herramientas necesarias.
«Además, los investigadores nuestros imparten docencia, lo que permite que interactúen con las nuevas tecnologías y lo último en el campo de la ciencia. Aquí defendemos el concepto de investigar, desarrollar y producir, porque ello permite obtener el ciclo productivo cerrado».
El coronel Félix Bautista Centelles Llorens, combatiente de Girón, es el decano de la investigación en esta entidad de las FAR. Así suelen identificar a este hombre, quien sigue haciendo ciencia en la institución armada. Habla de esta rama con sentido de pertenencia y asegura que interesarse por ella conlleva motivación y sacrificio.
Él ha logrado significativos resultados en la lucha radioelectrónica y reconoce que se debe vincular más a los jóvenes con la investigación, pues ellos, con su ingenio y profundidad técnica, contribuyen a mover el pensamiento. «Ello implica retos y responsabilidades. Ser un científico joven tiene la ventaja de que se poseen más energías y la mente fresca para acoger nuevas ideas».
Como asevera Alejandro, el secreto para continuar siendo hombres de ciencia está en estudiar y poner los conocimientos al servicio del pueblo y de la humanidad. «La ciencia es una fuerza productiva imprescindible. Aquí puedes encontrar un mundo diferente y, sobre todo, también puede hacerse desde la juventud».
Alto nivel de especialización
El Centro de Investigación-Desarrollo-Producción Grito de Baire realiza sus actividades fundamentales en las ramas de la electrónica, telecomunicaciones, electromedicina, automatización, electromecánica, informática, mecánica y química, y brinda sus servicios no solo a clientes de las FAR sino también al mercado nacional.
Edith Puig Menéndez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Centro, explica que este ha conseguido un alto nivel de especialización, lo cual permite el sustento de la invulnerabilidad militar necesaria para la defensa del país. Además, lo distingue la profesionalidad, capacidad innovadora y seriedad en los compromisos de indagación.
Entre su carpeta de productos para la investigación y desarrollo se encuentran la ejecución de proyectos a ciclo completo, así como servicios científico-técnicos para las comunicaciones, ingeniería y la preparación combativa, entre otras.
También tiene producciones especializadas, como la fabricación de equipos de electrónica general, diseños mecánicos y programación, multiponchado de chapas y la producción de cuños y sellos. Igualmente brinda servicios especializados en la reparación y mantenimiento en medios de cómputo y sus periféricos, audiovisuales, comunicaciones y remanofacturación y rellenado de tóner.
La especialista revela que además desarrollan sistemas de protección, que incluyen su ejecución, montaje e instalación. Entre estos está un procedimiento automatizado de protección contra intrusos.
También han elaborado fórmulas químicas con las cuales han obtenido diversos productos de higiene y limpieza, como ambientadores, insecticidas y productos de lavandería y de higiene general.
Detrás de estos resultados existe un gran esfuerzo de técnicos, obreros, especialistas y estudiosos en general, apunta Puig Menéndez, quien destaca que ellos dan lo mejor para encontrar soluciones atinadas y oportunas ante los retos en materia de defensa, ya sea en la modernización de la técnica y el perfeccionamiento de la disposición combativa, o en otras ramas de la economía.
Este centro de investigación de las FAR forma parte del esfuerzo que realiza la institución en la modernización y construcción de medios militares a la altura del combate moderno, donde el personal ha sido el protagonista principal.