Cora lazo con su hijo Greco Cid. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:55 pm
Cora Lazo Jesús, la Doctora en Farmacia de mayor edad del país, falleció el lunes 15 de muerte natural a los 102 años y medio de edad, en su casa, en el Vedado, donde vivió durante más de seis décadas y sirviera —junto a su esposo— como colaboradora científica del Comandante Ernesto Guevara en los años 60 de la pasada centuria.
Nacida el 6 de febrero de 1912, en Rodas, Cienfuegos, esta mujer desarrolló trabajos científicos de interés para el Che —entonces ministro de Industrias— en el Hospital Oncológico de la capital de la nación, a partir de plantas medicinales de la Unidad Experimental Industrial y Agropecuaria Ciro Redondo, de Jovellanos, Matanzas.
El ingeniero Guillermo Cid Rodríguez, esposo de Cora, fue nombrado por el propio Che asesor técnico de esa unidad, centro donde trabajaban y estudiaban los rebeldes de su columna y los de la comandada por Camilo Cienfuegos.
Cora Lazo laboró en el cuarto piso de la Sección C del Oncológico, institución en que empezaron a experimentar con distintas variedades de plantas medicinales, con el fin de extraerles su principio activo y ver la posibilidad de emplearlas en el tratamiento del cáncer. Había entrado a ese importante centro de salud capitalino, luego de entregar a la Revolución su farmacia particular.
Cora no trabajaba directamente con los enfermos, sino en los laboratorios, en prácticas relacionadas con su especialidad de química farmacéutica.
El cuarto piso del hospital —hoy Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología— se convirtió en ese tiempo prácticamente en una dependencia del Ministerio de Industrias, y el Che fue a visitar a Cora y a las otras tres personas que allí realizaban con ella los humanitarios experimentos.
Su esposo, Guillermo Cid, ya fallecido, nació en Galicia, España, y fue discípulo del doctor don Tomás Roig. El Che sostuvo amigable correspondencia científica con él. Cid se graduó de Humanidades en Francia en 1922, y fue llamado por el Comandante Guevara para ayudarlo en estos trabajos experimentales de Jovellanos.
Primero se dedicó al periodismo, después a la botánica económica, a la explotación pionera del kenaf en Cuba, a los estudios de pastos y forrajes, y más tarde, al desarrollo de la horticultura.
Greco Cid Lazo (hijo de Cora y Guillermo) prometió de niño al Comandante guerrillero que estudiaría Agronomía y, años después, como ingeniero agrónomo, fue uno de los profesionales cubanos que integró el equipo de búsqueda de los restos del Che en Bolivia.
«Mi madre y mi padre fueron colaboradores del Che, de corazón», aseguró a este diario en una oportunidad Greco Cid Lazo.