El desarrollo de la industria local de materiales de la Construcción permitirá un mejor abastecimiento a la población. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:48 pm
Entender el concepto de vivienda desde un enfoque más integral, que implique no solo las condiciones de un terreno y los materiales de la construcción, sino que tenga en cuenta el ambiente y los servicios relacionados con una comunidad, fue motivo de análisis en el Taller Nacional Vivienda: concepto hábitat, que convocó este jueves a parlamentarios cubanos.
Durante dos sesiones de trabajo, diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de las comisiones de Economía, Atención a los Servicios, e Industria y Construcciones, se reunieron en el Instituto Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae), con el objetivo de evaluar integralmente el tema de la vivienda, incorporando el concepto hábitat.
María Victoria Zardoya, miembro del Grupo de Investigación de la Vivienda Social, de la Facultad de Arquitectura, expuso que para construir una vivienda, más allá de los materiales, se deben tener presente el ambiente urbano, los espacios públicos y los servicios, pues la armonía entre estos elementos garantiza la salud física y emocional de una familia, como célula fundamental de la sociedad.
Significó que la concepción coherente de una ciudad incide, a su vez, en la formación de valores en las nuevas generaciones y es una garantía en el desarrollo económico y social de cualquier nación, ya que desde aquí se reproduce la fuerza de trabajo.
Tras debatir en torno a este asunto de crucial importancia para la sociedad cubana en una nación con un marcado déficit y desgaste de su fondo habitacional, los diputados se dividieron en las tres comisiones de trabajo para hacer una revisión del programa local y venta de materiales de la construcción, y dar una mirada al desarrollo de la investigación científica vinculada al programa de la vivienda.
Sobre la producción de estos insumos se discutió con miembros de la comisión de Atención a los Servicios. Tomás Vázquez, presidente del Grupo Nacional de Producción Local y Venta de Materiales, señaló que hoy los municipios cuentan con la información geológica necesaria, principalmente de materias primas como arcillas, calizas, arena natural, zeolitas, tobas y asfaltita.
Aunque se trabaja para incrementar el conocimiento de estos recursos, cada territorio podrá disponer de los materiales de construcción locales que sean capaces de producir, con la orientación de que el 70 por ciento como mínimo sea para venta a la población y el resto para obras sociales, apuntó.
Explicó que las empresas productoras de los consejos de la Administración Provincial deben trabajar de conjunto, para situar y promover en la red de tiendas de venta todos los materiales que se producen a escala local.
Dijo que el sector productivo vinculado con el programa tiene que asegurar la fabricación de los techos sólidos (viguetas, plaquetas, losa canal), que son soluciones definitivas y más baratas que las de zinc galvanizado y tejas de asbesto cemento, para respaldar así la demanda de las viviendas por esfuerzo propio, y de forma particular, las células básicas de los subsidios.
Comentó sobre las potencialidades del sector productivo no estatal, el cual se puede captar y dirigir al mercado estatal, principalmente el de venta a la población.
Valoró la posibilidad de aprovechar las capacidades productivas creadas por los cuentapropistas, contratarlas y respaldar a esos trabajadores con materias primas, mercado seguro y márgenes de ganancia lógicos.
Subrayó el papel de las universidades, centros de investigación e institutos tecnológicos, y del resto de los actores que intervienen en la cadena productiva, en la formulación, presentación, búsqueda y desarrollo de la cartera de proyectos de colaboración internacional.
Más allá del hábitat
El impulso a la introducción y el desarrollo de la investigación científica vinculada al programa de la vivienda ocupó parte importante del taller. Este último tópico hizo concurrir a un grupo de profesores e investigadores, quienes dirigen o pertenecen a centros de estudios nacidos en distintos centros de Educación Superior en la Isla, quienes recordaron, a partir de valiosos trabajos de rigor traídos a colación, la importancia de no engavetar, de poner al servicio del bienestar de la sociedad, lo antes posible, las propuestas que son fruto del conocimiento.
De la Universidad Central Martha Abreu, de las Villas, el profesor Fernando Martirena expresó el tema La producción local de ecomateriales: innovación tecnológica de alto impacto local, un desvelo que es fruto del Centro de Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales (Cidem), de la nombrada casa de altos estudios.
Al contar la historia de la fabricación allí de ecomateriales, cuyos principios son la economía y la ecología, Martirena expresó que desde el surgimiento del Centro en 1991, sus integrantes se plantearon no hacer ciencia alguna que no pudiera ser aplicada.
El estudioso describió la ruta crítica y razón de ser de un empeño como la producción local de ecomateriales: desde el principio apostaron por la «semilla de la sociedad», que es el municipio, y por un viraje en la mentalidad que ve un camino en descentralizar, en acortar las rutas y producir allí donde se esté más cerca de la materia prima; en poner a funcionar, en pequeños talleres, máquinas simples en apariencia, pero que tienen tras de sí lo más valioso, lo intangible: el conocimiento y años de investigación de muchos profesionales.
No menos interesantes resultaron las intervenciones de un grupo de profesores de la Cujae, quienes, entre múltiples resultados científicos, hicieron referencia a estudios relativos a la capital, que tienen que ver con la agricultura urbana, patrimonio e identidad, viviendas apropiadas para la ciudad, influencia del medio ambiente en construcciones ubicadas en zonas de alto riesgo y cuidado de recursos tan valiosos como el agua.
Profesores de la Universidad de Camagüey se sumaron con una exposición alusiva a las principales contribuciones científico-técnicas relacionadas con el desarrollo de la vivienda. Todos los que hicieron uso de la palabra partieron del concepto de que hábitat es mucho más que vivienda, que desarrollo constructivo va más allá de hacer casas, pues se trata de una mirada integradora, de una filosofía que pondera, desde lo racional, lo que sea más conveniente a los destinatarios por excelencia: los seres humanos.
¿Créditos y subsidios sin presupuesto?
Sobre las tecnologías constructivas más empleadas en Cuba y el aprovechamiento que debe hacerse de otras más eficaces versó la ponencia de Roberto Vázquez, arquitecto del Ministerio de la Construcción, quien abordó los programas que recientemente se desarrollan en ciudades como La Habana y Santiago de Cuba para mejorar el hábitat.
El especialista alertó sobre la necesidad de realizar un proyecto de obra que sea asesorado sistemáticamente por el experto encargado, con el propósito de no generar sobreconsumo y ganar en cultura de construcción, porque ocurre frecuentemente que con los mismos recursos no se alcanzan iguales resultados. Incluso, llamó a revisar las obras culminadas para defender la garantía de reclamación.
Es importante aprovechar cada metro cuadrado, y esto puede determinarse al aprobar solo los diseños que sean eficientes e integrales, insistió. Exhortó, además, a emplear los sistemas de vivienda que se ubican en zonas de relleno y a pensar en aspectos como la ubicación y la carpintería como facilitadores del ahorro de consumo de energía eléctrica.
Un elemento que rige la mejoría de la situación de la vivienda, es el otorgamiento de créditos y subsidios, un modo importante de avanzar, que toma en cuenta la situación económica de gran parte de las familias cubanas.
Sobre este particular dialogaron los integrantes de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la que diputados de gran parte del país expusieron la situación de sus municipios en este sentido.
Parte importante de la población cubana presenta problemas de vivienda. Por esta razón, a medida que conocen sobre las facilidades, aumentan las solicitudes de créditos o subsidios. Para que todos se beneficien, la primera dificultad que debe eliminarse es la falta de presupuesto, una vez que se ha aprobado la solicitud.
Esta carencia se debe, según ilustró Grisel Castro, presidenta de la Comisión, a que es insuficiente la producción de materiales de construcción en el mercado estatal, razón por la que continúa proliferando la venta informal y se ingresan menos fondos a la red nacional. Otro problema de varios territorios es la rigidez de algunas leyes, cuestión que no permite variar lo establecido ni adaptarlo a la situación de cada lugar.
Por otra parte, se insistió en que las solicitudes se atiendan integralmente, pues ocurre que a veces se aprueba una de las facilidades de construcción y cuando se evalúa el entorno en que se materializará, resulta imposible de concretar el proyecto por su ubicación o por la ilegalidad de la vivienda, acápite que debe revisarse con el propósito de tomar alguna decisión que tenga en cuenta estos casos.
Otro mecanismo que debe flexibilizarse, se planteó, es el de los medios de pago de los ciudadanos, debido a que están obligados a solicitar un cheque ante cada producto, y cuando van a adquirirlo, ya no existe y deben repetir el proceso. También se alertó sobre insuficiencias en dictámenes, expedientes, visitas a los solicitantes y calidad de los materiales, faltas que vulneran el éxito de este bien social.
Se enfatizó en el decrecimiento de la fuerza de trabajo calificada debido a que muchos de estos obreros se «mudan» al sector por cuenta propia, porque allí son mejor pagados y gozan de mejores condiciones de trabajo.
Henry Rodríguez Terrero, diputado de Guantánamo, llamó la atención sobre aquellas familias disfuncionales que son subsidiadas y, luego de adquirir sus materiales, los venden para emplear el dinero en otras necesidades. A su vez, Marjoris Blázquez Anache alertó sobre el modo de determinar la insolvencia de los núcleos, pues algunos no pueden asumir estos proyectos constructivos aunque vivan muchos en una sola vivienda.
Los integrantes de la comisión coincidieron en que lo más importante de estos encuentros no son los planteamientos, sino que estos sean incluidos en los planes de cada municipio para que puedan traducirse en resultados.