MATANZAS.— La rica herencia de los misterios y especificidades de la producción del ron Yucayo, nacido en 1926, es preservada por los trabajadores de la ronera Enrique Hart Dávalos de aquí.
La fábrica, levantada a orillas del río San Juan por su dueño Eudoro Alba Rodríguez, ha llegado a nuestros días con ese halo que envuelve a los cultores de una silenciosa creación, que une técnica, conocimientos y amor.
La marca Yucayo nació como parte de los productos que comercializaba la Compañía Licorera Matanzas S.A., los cuales se impusieron en el mercado cubano e internacional. Los embarques periódicos a Estados Unidos y a otras naciones daban fe de la calidad de esta bebida, que en sus inicios llegó a envasar alrededor de 400 000 litros mensualmente.
El ron base se fabricaba con dilución de alcohol y de aguardiente en bocoyes de 500 litros cargados de carbón vegetal y arena sílice y se le añadía manzanilla española para mejorar el bouquet. Después estos rones permanecían en pipas de roble blanco americano de 180 litros de capacidad por un período de seis meses.
Con el transcurso del tiempo los procesos tecnológicos han progresado, pero nunca en detrimento de la reconocida calidad de esta bebida genuinamente matancera.
El ingeniero Luis Alberto Calero García, administrador de la ronera, dio a conocer que el pasado año se produjeron 326 903 cajas de ron, equivalentes a 2 942 127 litros, con un valor real de 5 580 600 pesos. «Esta cifra en valores de producción es la más alta en la historia de la ronera», precisó Calero.
Con más de tres lustros vinculado a la fabricación de ron, Calero explicó que cuentan con 3 050 pipas de añejamiento de roble blanco americano y que cada cierto tiempo se regeneran estos envases para alargarles la vida útil.
Esta industria cuenta con seis naves de añejamiento, una de fabricación y reposo, línea de embotellado, almacén de insumos y productos terminados, áreas de mantenimiento y oficinas. Con solo 47 trabajadores son capaces de producir esas cantidades de ron blanco, refino y dorado, para sectores como la gastronomía, el turismo, y la empresa Tropical Islands.
Francisco Núñez Cutiño, técnico en procesos tecnológicos y especialista principal, argumentó que el producto matancero tiene calidad certificada y goza de buena aceptación en los consumidores.
En el laboratorio se comprueban los esteres, la acidez, los aldehídos y los sólidos disueltos que aportan las maderas al ron. En el laboratorio de control de la calidad se muestrean tanto las materias primas como la producción en proceso y la final.