CAMAGÜEY.— «El profesor se gana el respeto en el aula, con su preparación integral y la profesionalidad que demuestre ante el estudiantado», dijo Mirie Rivera, alumna de tercer año de la especialidad de Bibliotecología y Ciencia de la Información, de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, primera fundada por la Revolución.
Las palabras de la estudiante abrieron el intercambio que sostuvo aquí Miguel Díaz-Canel, ministro de Educación Superior, con estudiantes y profesores de la Facultad de Informática, de este centro universitario.
Y no fue casual el criterio de la muchacha, pues sobre cómo se enaltece la labor del profesor en el recinto universitario del país, centró el diálogo entre los participantes en el encuentro.
«Es prioritario diferenciar el quehacer de los profesores desde su categoría docente, pero también desde sus resultados», insistió la profesora de Ciencia y Técnica, Ana Fernández, mientras su colega Gleysi Salgado, del departamento de Matemática valoró que se requiere también de un estímulo moral, pero también material a los profesores, sobre todo en sus condiciones de trabajo.
El titular del ramo acentuó: «La Universidad Cubana tiene que distinguirse por la decencia en su actuar cotidiano, por la cultura que irradie y no por la banalidad ni por la marginalidad de sus actores».
Agregó el también miembro del Buró Político que para lograr mayores resultados en la Universidad Cubana «hay que enaltecer y dignificar más a los pedagogos del sector, que deben aumentar el intercambio con la base y su preparación».
Reiteró la necesidad urgente de eliminar del escenario universitario las tendencias del «burocratismo y el reunionismo, que frenan el desarrollo del proceso docente-educativo en la Educación Superior».
Subrayó además que «trabajar por lograr una cultura del detalle, que le arranque a lo mal hecho sus pedazos, es vital para lograr un claustro de excelencia, que es sinónimo de mayor impacto económico-social en el territorio».
Lo anterior depende no solo de la voluntad y desempeño de funcionarios, educandos y trabajadores de las casas de altos estudios del país, sino de la tecnología de avanzada y actualizada que posean los diferentes recintos universitarios para encausar y desarrollar la enseñanza superior cubana. Este último tema fue otro de los analizados ampliamente en la cita agramontina.
En tal sentido, coincidieron los participantes en «explotar al máximo la tecnología disponible», para lograr no solo un egresado preparado y de calidad, sino para cambiar métodos de enseñanzas pocos atemperados con la realidad que exige la Enseñanza Superior en la nación.
El profesor adiestrado Marcos Ramos de Miranda preguntó: «¿por qué no empleamos eficazmente los recursos materiales y humanos que disponemos para trasformar caducos métodos de enseñanzas?, mientras que Juan Carlos Mejías, estudiante de segundo año de Informática, sumó «urge el intercambio entre universidades del país a través de la intranet, la creación de foros de programación y diseños, de observatorios tecnológicos y de mensajería instantánea, para multiplicar y generalizar el conocimiento creado por la fuerza estudiantil y profesoral cubana».
El ministro Díaz-Canel valoró de prioridad actualizar la didáctica pedagógica de la Enseñanza Superior hacia la integralidad de conocimientos, «que debe ser reorientada hacia la interdisciplinariedad y multidisciplinariedad».
Julio César García Rodríguez, miembro del Comité Central de Partido y su primer secretario en el territorio, señaló que es una prioridad aumentar el vinculó de la Universidad Cubana con los principales procesos y proyectos de desarrollo local del territorio, «vía indispensable para lograr un desarrollo económico desde la ciencia y con calidad».