Cincuenta y una personas fallecieron, entre enero y septiembre de este año, en las entidades del sector estatal del país como consecuencia de accidentes de trabajo, ocho menos que en igual etapa del año anterior.
En total se reportaron 3 714 lesionados, según la publicación «Protección del trabajo. Indicadores seleccionados. Enero-Septiembre de 2010», de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
En 13 de los 18 sectores de la economía se produjeron hechos fatales, señaló el informe elaborado por la Dirección de Estadísticas Sociales de la ONE, el cual fue presentado días atrás en su sitio digital www.one.cu.
Las industrias manufactureras (no se incluye la azucarera) y la construcción presentaron la mayor cantidad de accidentes letales. Entre ambos acumularon el 37,3 por ciento de los fallecidos. La pesca, mientras, fue el que más logró reducir el coeficiente de mortalidad en el período.
El documento, que «tiene como objetivo brindar una herramienta que permita evaluar de manera objetiva el comportamiento de la accidentalidad» —según reseñan sus autores—, reveló que los sectores con mayor accidentalidad fueron salud pública y asistencia social e industrias manufactureras.
Ambos acumularon el 28,5 por ciento del total de los reportes. No obstante, en 14 sectores disminuyó este indicador.
Desde una perspectiva territorial, Ciudad de La Habana fue la provincia de mayor accidentalidad, con 970 lesionados, y mortalidad, con 18 casos (el 35,3 por ciento del total de la nación). No obstante, el número de lesionados en la capital fue menor a igual etapa del año anterior en 149 hechos.
Y un análisis por organismos mostró, por su parte, que la mayor cantidad de accidentes fatales se concentra en el Ministerio de la Industria Básica, con nueve fallecidos.
En resumen, al concluir el período enero-septiembre de 2010, en las entidades del sector estatal se perdieron 176 500 hombres-días como consecuencia de los 3 714 accidentes de trabajo ocurridos; y los lesionados necesitaron un promedio de 47,5 jornadas para recuperarse.
En realidad, las series estadísticas tienden a mejorar, entendido esto como disminuir; sin embargo, la pérdida de medio centenar de personas por estos accidentes, siempre evitables, no tiene ni contabilización económica y mucho menos consuelo estadístico.