Pinar del Río es uno de los territorios más afectados por el paso de los huracanes. Ike causó grandes inundaciones a su paso por este territorio en el año 2008. Autor: Jorge Luis González Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
Pinar del Río es la provincia más azotada por los ciclones tropicales en el archipiélago cubano, y sus lugareños, con una experiencia más que probada ante estas inclemencias, toman todas las medidas para reducir al mínimo los daños materiales y evitar la muerte de personas.
La protección de las instalaciones productivas y de servicios, de las casas y los bienes comunales, de las reses y otros ganados, está entre las acciones que tradicionalmente se desarrollan por todos los cubanos, especialmente aquí.
En la última década, los eventos meteorológicos se han cebado en la estrecha y larga provincia, «preferida» por los huracanes para saltar desde el Caribe occidental hacia el golfo de México o tomar el norte, rumbo a la península de La Florida.
La «aceitada maquinaria» de Defensa Civil de Cuba, que involucra a todas las instituciones del Estado y el Gobierno, la profesionalidad de sus pronosticadores meteorológicos y la educación y entrenamiento de sus ciudadanos, le ha valido a la isla Antillana el reconocimiento de las instituciones multilaterales del mundo por sus estrategias de alerta temprana, enfrentamiento y recuperación ante los huracanes; no obstante, cada evento es un desafío nuevo.
Los pinareños prestan especial atención a las lluvias de ahora, por los daños y secuelas que también pueden provocar en la agricultura.
Esta semana comenzó en la nación la siembra de tabaco, el principal rublo económico de Pinar del Río. Un exceso de agua podría dañar las tierras preparadas y las que se alistan; y los vientos, como ha ocurrido más de una vez, podrían afectar los semilleros de tabaco y las infraestructuras del ramo.
Yucatán vuelve a la calma
Tras atravesar el estrecho de Yucatán y dirigirse hacia Cuba, las autoridades de la península mexicana regresan a la calma. En el estado de Quintana Roo, se levantó la alerta roja tras declararse el territorio fuera de peligro.
Paula azotó desde la noche de ayer la región, con vientos de 160 kilómetros por hora, características de un huracán categoría dos. Sin embargo, solo provocó pequeños estragos, reportaba la agencia informativa ANSA.
Las actividades escolares aún se mantenían suspendidas, pero el sector turístico regresaba a la normalidad. Ayer se realizaron evacuaciones de vacacionistas y residentes en las islas situadas frente a la península, pero hoy se restablecían las rutas marítimas hacia ellas.