Cuando se trata de hacer por la recreación, salta a la vista que contamos con el principal recurso: el humano. Autor: Ramón Pacheco Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
La recreación, concerniente a todos los cubanos, especialmente a nuestra juventud, implica un universo sensible, lleno de matices y complejidades, que exige pensar sin descanso, en un permanente ejercicio de creatividad y realismo.
Sobre ese asunto estratégico expresó el vicepresidente del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, en la Comisión Central de Recreación que sesionó este miércoles: «Toda actividad que vayamos a hacer debe ser pensada con un diseño. Preguntémonos siempre: ¿Qué queremos lograr; y con qué contamos para lograr lo propuesto?».
La creatividad se impone —reflexionó el también miembro del Buró Político— ante la necesidad de encontrar fórmulas novedosas con las cuales recrearse. Si hay jóvenes que perciben que «no hay recreación», habrá que indagar acerca de lo que se quiere. Ante realidades como esas, dijo Lazo, debe ponerse a funcionar toda la imaginación y frescura en aras de hallar soluciones.
«Para hacer —enfatizó el vicepresidente cubano— no contamos con todos los recursos que quisiéramos, pero tenemos lo principal: recursos humanos». Y seguidamente mencionó a nuestros instructores de arte, a los artistas profesionales y aficionados, a los músicos, entre otros artífices de la cultura nacional.
Igualmente no pasó por alto herramientas y espacios útiles como la literatura, los medios de comunicación, los museos, y los parques. Cuanto pueda tributar a la recreación, comentó, deberá emplearse en todas sus potencialidades, porque en esa fuerza también tenemos una manera de enfrentar la guerra mediática que apunta sus mentiras contra la Isla en tiempos de la Internet, del celular, de equipos sofisticados y pequeños con los cuales se pueden elaborar incluso productos audiovisuales.
La cultura en todas sus manifestaciones debe desplegarse, llevarse a cada rincón, amplificarse a modo de antídoto, «para darle un manotazo, dijo Esteban Lazo, a esos desvergonzados que atacan la obra de la Revolución.
«Tenemos, enfatizó, que esgrimir nuestros argumentos para romper la mentira. Porque la Revolución es vida, es sentido humano. ¿Cuántos hubiéramos estado ahora aquí si Cuba no hubiera luchado como lo ha hecho por defender la vida, por mantener sus indicadores en materia de salud?
«No podríamos, resaltó, defender la Revolución si no defendemos la cultura nuestra. Sin dudas ella forma parte de nuestra seguridad nacional».
La recreación tiene mucho que ver con sembrar ideas, con forjar conciencias —reflexionó el vicepresidente—; por eso debe ir acompañada de la calidad, y de visiones originales. A través de textos, o de documentales, por ejemplo, podría estarse al tanto de lo mejor que atesoran nuestros museos, y también los mejores del mundo.
El país cuenta con 356 Casas de Cultura, y más de 2 000 salas de televisión. En esos ámbitos, comentó el dirigente, se pueden «hacer maravillas, porque tenemos la ventaja de no ser capitalistas; el teatro o el cine no es de alguien en particular, sino nuestro, y se podrían proyectar películas en un horario, y después, en el mismo lugar, ofrecer un espectáculo».
La verdadera recreación —explicó— se logra cuando hay claridad de lo que se puede hacer, y cuando es concebida, sobre todo, desde la base, en el Consejo Popular.
En otro momento abogó por la sistematicidad, por la integración de todas las instituciones y organismos implicados, y por una divulgación más intensa y eficaz de cuanto se haga en pos de la alegría, el entretenimiento y la plenitud de la gente.
Espacios de primer orden
Los análisis en la Comisión comenzaron poniendo una mirada a cuánto se hace y puede hacerse desde cada centro estudiantil del país. Se hizo referencia, además, a la influencia que el proyecto socio cultural de cada escuela puede irradiar sobre el entorno comunitario.
Este empeño compete a los centros de enseñanza primaria, secundaria, politécnica, preuniversitaria y universitaria. Son responsables los colectivos pioneriles, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y cada claustro de profesores, estos últimos llamados a promover cuanta idea buena nazca como parte de la recreación.
La Isla cuenta con más de 5 000 instructores de arte. Ese ejército, se dijo en la reunión, puede hacer mucho desde los lugares en los cuales se desempeña. Por delante hay retos que están bien definidos, como la necesidad de fortalecer la presencia de estos jóvenes promotores de la cultura en los centros de la enseñanza técnica y profesional.
Muchas escuelas tienen su coro, su banda, sus equipos de audio. Entonces, como sugirió Lazo, se impone crear, pensar en cómo usar lo que se tiene, y en cómo lograr que todos cooperen. «Hay que responsabilizar a la gente con un proyecto concreto, y hacer que respondan por él».
De la divulgación y otras aristas
Una de las certezas más recurrentes en este encuentro de la Comisión, es que gran parte de la batalla por la recreación del pueblo se ganará en tanto exista una estrategia, bien diseñada, para divulgar todas las opciones posibles, y para promover gustos sanos y exigentes en cuanto a producción cultural se refiere.
Desde la televisión, la radio y la prensa escrita, se ha venido desplegando un trabajo que tradicionalmente se intensifica en los meses de verano, y que durante el año entero aborda un universo de eventos que mueven al país.
Para días que vendrán, se ha hablado de incrementar la presencia en los medios nacionales de actividades recreativas a nivel de comunidad, así como de amplificar lo que se hace en los centros de estudios de la Isla a todos los niveles.
Como el tema de la recreación abarca a la sociedad toda, en la comisión hicieron uso de la palabra representantes del sector campesino, obrero, y del deporte. Más de un concepto salió a la luz en este tipo de jornada que busca aunar voluntades cuando el verano casi va asomando el rostro: es importante no olvidar nuestras tradiciones; que la recreación llegue hasta el último rincón del país; y que nos ayudemos los unos a los otros, pensemos entre todos cómo acercar más al escenario de la realidad la idea que nos hemos ido haciendo de lo que significa recrearse.